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28-M

ERC usa el Govern como escaparate para las municipales

Aragonès y su gabinete se multiplican en inauguraciones y mítines entre críticas de Junts y el PSC por «electoralismo»

ERC usa el Govern como escaparate para las municipales EUROPA PRESS

Visita del mismísimo presidente Pere Aragonès a las obras de un nuevo carril bus en la B-23; puesta de largo de la primera estación del nuevo tramo del tranvía en Barcelona; o anuncio sorpresa de la construcción de una nueva residencia en Santa Coloma para después de las elecciones municipales si gobiernan los republicanos. ERC se multiplica en el territorio y aprovecha el escaparate de la Generalitat para venderse de cara al 28-M, una estrategia que ha enervado a la oposición. Junts y PSC ya se han aliado y reprobarán en el próximo pleno al consejero de Derechos Sociales, Carles Campuzano, por el mencionado geriátrico de Santa Coloma, publicitado en el transcurso de un mitin junto al alcaldable Gabriel Rufián y con el sello del Govern.

En concreto, los posconvergentes creen que ERC está haciendo «un uso partidista» del Ejecutivo que es «inadmisible», con un nulo respeto por las instituciones. «Estas prácticas son propias de un Govern sectario y lo queremos denunciar», criticó la portavoz parlamentaria, Mònica Sales, al término de la sesión de la semana pasada en la Cámara.

Duras declaraciones de Junts, partido rival de ERC en los caladeros de voto independentistas, con Girona o la zona norte de la provincia de Barcelona como principales escenarios de batalla, al margen de la capital catalana.

El PSC, por su parte, ve con malos ojos la utilización del Govern como plataforma electoral en uno de sus feudos de siempre: Santa Coloma de Gramenet. De hecho, ERC volvió a tensar la cuerda y ayer mismo Rufián protagonizó otro acto en la localidad junto al titular de Interior, Joan Ignasi Elena, para prometer una suerte de servicio de seguridad local propio y más coordinación con los Mossos d’Esquadra si llega a la alcaldía. «Habrá siempre un transporte público o un taxi subvencionado por el Ayuntamiento para que las mujeres tengan una vuelta segura por la noche en esta ciudad».

«Quizás después de este segundo anuncio vuelve a haber mucho ruido, muchos artículos, muchos tuits que califican de mil maneras diferentes el anuncio que estamos haciendo hoy aquí. Un mensaje para todos ellos: gracias por la publicidad», abundó sobre la polémica levantada la semana pasada. «El cortijo se toca», zanjó sobre las aspiraciones de ERC ante el PSC en la localidad.

En Barcelona, la guerra también promete ser curda y aquí el consejero de Territorio de la Generalitat, Juli Fernández, ya se ha aliado con Colau para cerrar la unión del tranvía por la Diagonal, un proyecto que no gusta a Xavier Trias (Junts). De hecho, esta semana certificaron su pacto de conveniencia en la inauguración de las obras de la estación de la calle Sicilia de Barcelona.

También el propio Aragonès se arremangó y se desplazó hasta un acto en Esplugues de Llobregat (Barcelona) para visitar las obras de un nuevo carril bus, junto al consejero de Territorio de la Generalitat y confrontar su discurso con el de la ministra de Transportes, Raquel Sánchez (PSC), presente en la visita. De hecho, el presidente de la Generalitat aprovechó el escenario para volver a reclamar al Gobierno el traspaso de Cercanías, la eterna reivindicación del Govern ahora con un marcado cariz electoral. «Debe ir acompañado de las inversiones necesarias, la ciudadanía de Cataluña nos lo pide», zanjó el republicano tratando de marcar perfil propio ante los socialistas.

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