La Generalitat anuncia nuevas "embajadas" a las puertas del 23J

La Generalitat sigue extendiendo su presencia en el plano internacional, una de las estrategias que el nacionalismo siempre usó en el exterior y que multiplicó en los años del «procés». Ayer y en vísperas de las elecciones generales del domingo, la consejera de Acción Exterior, Meritxell Serret, anunció por sorpresa que el Govern trabaja en un plan estratégico 2023-2026 para definir la estrategia de desarrollo de la red de delegaciones, que incluye la apertura de nuevas «embajadas» para cubrir las zonas de Asia Meridional, Sudeste Asiático y África Oriental.

El plan fija como objetivos la consolidación de la red existente –21 delegaciones en el exterior, aunque algunas aún no están del todo en marcha– para hacerla «plenamente operativa»; el refuerzo de la estructura de las delegaciones, y la ampliación del organigrama. Y en este último apartado, además de la mencionada apertura de las tres nuevas delegaciones, la Generalitat también contempla echar mano de figuras como los enviados especiales o las oficinas concretas en determinadas ciudades y puntos del mapa, según detalló la consejería de Acción Exterior en un comunicado.

En concreto, la Generalitat prevé crear las mencionadas «embajadas» para avanzar en su presencia institucional en Asia Meridional, en el Sudeste asiático y en África Oriental, e impulsar el refuerzo de áreas estratégicas ya cubiertas, como Estados Unidos y la UE. En este sentido, el Ejecutivo tiene previsto designar un enviado especial a Irlanda y otro a Quebec, y se pondrá en funcionamiento la nueva Delegación en los Estados Andinos, con sede en Bogotá y que la Generalitat acordó crear en junio. Además, abarcará países como Egipto, Libia, y Grecia de la mano de las embajadas ya existentes en el Norte de África y el Sudeste de Europa, que ampliarán su radio de acción para abarcar también estos tres estados.

Con la de Colombia, son 21 las «embajadas» del Govern por el mundo, a las que habrá que sumar las nuevas –tres, en principio– hasta 2026, un horizonte que sobrepasa las próximas elecciones autonómicas, que deben convocarse y celebrarse a principios de 2025.

«Ningún territorio con las características de Cataluña dispone de una red de representación institucional comparable», presume ahora el Govern de Pere Aragonès sobre una red que ya cuenta con más delegaciones que países como Islandia, por ejemplo.

Un plan publicitado ayer desde Roma para hacer frente a un eventual cambio político en la Moncloa tras las elecciones del domingo. «No nos encogeremos nunca ante las fuerzas reaccionarias que ponen en el punto de mira la acción exterior», advirtió la republicana Meritxell Serret sobre un hipotético gobierno de PP y Vox.

En total, el Govern de Pere Aragonès prevé invertir este año 105 millones de euros en el departamento de Acción Exterior y Unión Europea, un montante cuantioso, que creció 11 millones respecto al año pasado (un 17% más), sobrepasando «por primera vez» la barrera de los 100 millones y evidenciando las preferencias del Ejecutivo de Esquerra pese a su pacto con el PSC.

Cabe destacar aquí que los socialistas pusieron como condición a la Generalitat paralizar la apertura de nuevas «embajadas» para revisar a fondo la red existente. Una condición que ERC ha sorteado con el argumento de que en este 2023 solo se han puesto operativas las que ya estaban previstas. Una argucia de los republicanos para esquivar al PSC y seguir con la acción exterior, pilar fundamental del independentismo. «Continuaremos haciendo con toda la ambición y desacomplejadamente», avisó Serret.