Infraestructuras
Montcada empieza a dejar atrás su herida ferroviaria tras 30 años y 180 muertos
Los trabajos de soterramiento de las vías de Rodalies se prolongarán siete años y tendrán una inversión de 540 millones
Las ansiadas obras de soterramiento de las vías de tren de Montcada i Reixac, tras una larga reivindicación del municipio de hace más de 30 años, comenzaron ayer. El objetivo es que el tren no cruce la localidad y se puedan evitar tanto las muertes, 180, casi todas en los puntos para cruzar las vías, como también los problemas de movilidad de los vecinos. No en vano, a ambos lados de las vías se distribuyen equipamientos municipales, como el Ayuntamiento, comisarías o centros de atención primaria, por lo que a menudo los ciudadanos se ven obligados a cruzar las vías para gestiones tan cotidianas como comprar el pan el pan.
Así las cosas, se prevé que las obras de soterramiento se prolonguen durante siete años, con las molestias consecuentes como cortes de tráfico y polvo, razón por la cual el consistorio creará una Oficina municipal para hacer seguimiento con la participación tanto de los grupos políticos representantes al pleno como de entidades y asociaciones de la ciudad. La Unión Temporal de Empresas (UTE), formada por Comsa-FCC-Ferrovial, es la encargada de la ejecución de las obras, en las que el gobierno español invertirá 540 millones de euros más otros 30 para adecuar la estación de Montcada Bifurcació, que es una de las cinco que hay en la localidad. El soterramiento de la R2 de Rodalies, que de hecho, solo supone actuar en uno de los tres trazados ferroviarios en esta localidad, es un viejo proyecto que arrancó en 1989, cuando la Generalitat comunicó al Ayuntamiento de Montcada la elaboración de un plan especial de reserva urbanística para el paso de los trenes de alta velocidad, al cual el consistorio presentó alegaciones y, por primera vez, puso sobre la mesa la propuesta del soterramiento de la línea.
Las obras empezarán por el barrio de la Ribera, donde se realizarán las primeras zanjas, e irán avanzando en dirección a Francia. Será el pistoletazo de salida a un hito soñado y reivindicado, pero también de un período de complicaciones para el vecindario. «Iniciamos una etapa con muchas ganas, pero que vendrá acompañado de circunstancias, como cortes de calles y polvo», aseguró la portavoz de la plataforma Trato Justo Soterramiento Total, Anna Solano en un acto de celebración por el inicio de los trabajos.
La demanda de enterrar las vías del tren en Montcada i Reixac se remonta a finales de los años 80. Desde el restablecimiento de la democracia, la localidad pedía una reestructuración de las infraestructuras que la cruzan, con varias líneas ferroviarias, y un planteamiento para enterrar la línea de Cercanías de Portbou.
En 2006 se creaba la plataforma Trato Justo Soterramiento Total para eliminar las vías en superficie, los pasos a nivel y detener la sangría de muertes que acumulaban desde la puesta en servicio de esta línea.
Pero no fue hasta 2015 que el Gobierno incluyó una partida de 300.000 euros en las cuentas generales del Estado para realizar un nuevo estudio de viabilidad, y en el 2017 el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, anunciaba públicamente que el soterramiento del R2 en Montcada i Reixac empezaría a principios de 2020. Sin embargo, los retrasos impidieron que esto fuera posible, y aquel 2020 se incorporaba el soterramiento al Plan de Cercanías de Cataluña 2020-2030, que preveía la actuación en los primeros cinco años. En 2022, el Consejo de Ministros aprobó el soterramiento y Adif licitó las obras por 465 millones de euros iniciales.
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