
Comunicaciones
Los retos del transporte público en Cataluña para este año
TMB y Rodalies anuncian mejoras en frecuencias, accesibilidad y sostenibilidad, con el eventual traspaso como telón de fondo

Las administraciones catalanas están trabajando en múltiples iniciativas para mejorar el transporte público y fomentar una movilidad más sostenible y eficiente. Estas medidas buscan hacer frente al aumento de la demanda, reducir las emisiones contaminantes y optimizar la experiencia de los usuarios. Entre los planes más relevantes destaca el Plan Estratégico de TMB 2025, con metas ambiciosas que buscan aumentar el número de viajes en metro y autobús. La previsión es alcanzar 2,3 millones de viajes diarios en días laborables, un incremento del 10% respecto a los niveles previos a la pandemia. Este crecimiento permitiría que el transporte público cubra el 65% de los desplazamientos mecanizados en la ciudad, consolidándolo como una alternativa clave frente al vehículo privado.
Para lograr estas metas, TMB está invirtiendo en renovar su flota de autobuses y mejorar la accesibilidad en las estaciones de metro. También se están implementando herramientas digitales para optimizar el servicio, como aplicaciones móviles con información en tiempo real y sistemas de pago más ágiles. La ampliación de horarios y frecuencias es otra medida prevista, destinada a adaptarse mejor a las necesidades de los usuarios.
Rodalies, también se encuentra en proceso de mejora. Se ha anunciado una inversión conjunta de 77 millones de euros para 2025 y 2026, financiada por el Gobierno catalán y Renfe. Este plan incluye 39 medidas enfocadas en tres áreas principales: seguridad, infraestructuras e información al usuario. En el apartado de seguridad, se incrementará la vigilancia en estaciones y trenes mediante la contratación de más personal y la incorporación de drones y cámaras de última generación. En cuanto a infraestructuras, se destinarán 43 millones de euros a renovar estaciones, mejorar los vagones y aumentar la accesibilidad. Por último, se modernizarán los sistemas de megafonía y pantallas informativas para ofrecer datos en tiempo real sobre horarios y posibles incidencias. Estas inversiones buscan no solo mejorar la calidad del servicio, sino también reducir las frecuentes quejas por retrasos y falta de mantenimiento, que han afectado la percepción de los usuarios sobre Rodalies en los últimos años.
Uno de los proyectos más destacados es la finalización de las líneas L9 y L10 del metro de Barcelona, que conectarán zonas estratégicas como el aeropuerto de El Prat, el recinto ferial de Gran Via y el distrito tecnológico 22@. Aunque no se prevé la inauguración de nuevas estaciones en 2025, las obras en el tramo central, que une Zona Universitària con La Sagrera, avanzarán significativamente. Estas ampliaciones son esenciales para reducir la dependencia del automóvil en áreas periféricas y mejorar la conectividad con puntos clave de la ciudad. Además, se están considerando proyectos para integrar mejor la red de metro con otros modos de transporte, como autobuses, tranvías y bicicletas compartidas.
El Ayuntamiento de Barcelona también está diseñando el Plan de Movilidad Urbana 2025-2030, que incluirá acciones concretas para fomentar el transporte público y reducir las emisiones contaminantes. Aunque los detalles específicos aún están en fase de desarrollo, algunas medidas podrían incluir nuevas zonas de bajas emisiones para restringir el acceso de vehículos contaminantes, la expansión de las redes de carriles bici y la promoción de vehículos eléctricos en la flota de autobuses urbanos. Barcelona ya ha implementado con éxito iniciativas como la Superilla, que prioriza a los peatones y ciclistas en ciertas zonas de la ciudad. Este enfoque podría ampliarse en los próximos años para favorecer una movilidad más sostenible.
Otro aspecto clave para fomentar el uso del transporte público es mantener tarifas competitivas. Para 2025, se ha confirmado la continuidad de las bonificaciones en los abonos recurrentes. La tarjeta T-Usual y la T-Jove seguirán con un descuento del 50%, mientras que la T-16 permanecerá gratuita para los menores de 16 años. Estas medidas buscan aliviar la carga económica de los usuarios habituales y fomentar un cambio de hábitos hacia un transporte más sostenible. Además, se están evaluando nuevas estrategias para simplificar los sistemas tarifarios y fomentar la equidad en el acceso al transporte público.
A pesar de los avances planificados, el transporte público enfrenta desafíos importantes. Entre ellos, destaca la necesidad de financiación para completar proyectos a largo plazo, como la ampliación de la red de metro.
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