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Memoria histórica

Ríase de Franco en la cárcel Modelo de Barcelona

Eugenio Merino y Darío Adanti protagonizan un espectáculo sobre el humor durante la dictadura

Darío Adanti leyendo los chistes ante el mausoleo de Franco Fiacha O´Donell

Como es más que sabido, el próximo 20 de noviembre se cumplirá medio siglo desde la muerte de Franco. Con motivo de la efeméride han parecido algunas publicaciones, pero también iniciativas que nos permiten visualizar aquella dictadura desde nuevas perspectivas. Una de las propuestas más interesantes llega hoy a la antigua cárcel Modelo de Barcelona convertido hoy en un espacio de memoria, todo ello con las entradas vendidas. Y es la memoria precisamente la protagonista porque se trata de recuperar el humor de tradición oral, ya fuera combativo o simplemente una invitación a reír, que se iba comunicando de manera oral en aquellos años oscuros.

«Chistes contra Franco» es una propuesta que firman los artistas Darío Adanti y Eugenio Merino, con la participación de la periodista Ana Alonso. Con una puesta en escena sobria se recogen algunos de los chistes que se dedicaron al dictador, pero contextualizados dentro del tiempo en el que fueron creados.

«La idea surgió hace muchos años con Eugenio Merino. Un colaborador de “La Codorniz”, P. García, hizo un libro sobre los chistes sobre Franco recogiendo a partir de la tradición oral. Eugenio tenía en la cabeza hacer algo, así que hace más de un año me propuso hacer un teatro documental, usar esos chistes para hacer retrato represión durante la dictadura, algo que estaba relacionado con cultura popular. Hemos intentado armar un retrato de la época desde la victoria de los nacionales, la construcción del Valle de los Caídos, la entrada de los norteamericanos que supuso un blanqueo del régimen... Queríamos que los espectadores siguieran ese humor catártico», aseguró Adanti en declaraciones a este diario.

Por su parte, Eugenio Merino declaró que «hemos intentado volver a politizar el humor que es la única oposición que se puede hacer a veces. Franco no tenía sentido del humor. No se puede olvidar que ordenó fusilar a un humorista que lo había humillado [en referencia a Carlos Gómez Carrera, conocido por el seudónimo de Bluff y fusilado en 1940]. Es como lo que está haciendo Trump ahora cuando ha vuelto al poder. Son patrones de personalidades muy egocéntricas, muy tiránicas... Ya lo dijo Bertolt Brecht: “A los dictadores no se les combate. Se les ridiculiza”».

¿Y cómo eran estos chistes? Merino sostiene que «algunos son muy inteligentes y describen muy bien el tiempo en el que se desarrollan. El humor oral tenía la suerte de ser el único que no pasaba por la censura».

No deja de ser simbólico que ahora esta producción llegue a la vieja cárcel Modelo de Barcelona. A este respecto, Adanti apuntó que «nos hacía mucha ilusión hacerlo en la Modelo. Allí iban gente de la contracultura como Nazario, Ocaña por su condición y por su lucha a favor del movimiento LGTBI. Es un espacio dedicado a la memoria, por lo que resulta muy emocionante poder estar ahí. Conservarlo me parece mucho mejor que derribarlo, como se ha hecho en Madrid, por ejemplo, con la cárcel de Carabanchel, de manera que no hay espacios por la memoria».

«Chistes contra Franco» ha estado en cartel en Teatro del Barrio, en Madrid, además de su paso por Barcelona. Sin embargo, también ha conocido lo que Merino calificó como un «spin-off» con Darío Adanti leyendo los chistes en el cementerio de Mingorrubio, donde en la actualidad Franco descansa junto a su esposa Carmen Polo en un panteón rodeado de banderas.