Cargando...

Engaño en Cataluña

Siete años después: las mayores mentiras del "procés" independentista catalán

Los líderes separatistas llenaron de falsas promesas los años previos al referéndum ilegal de 2017

Oriol Junqueras y Carles Puigdemont Europa Press

Siete años después del 1 de octubre de 2017, el proceso independentista catalán siguemostrando sus contradicciones y promesas incumplidas. Desde el entorno crítico con la secesión, analistas y actores políticos consideran que muchas de las afirmaciones repetidas durante el movimiento eran exageraciones o directamente falsas, con el objetivo de mantener la movilización social y política.

Una independencia “rápida y fácil” que nunca existió

Una de las grandes mentiras señaladas por los críticos es la idea de que Cataluña podría alcanzar la independencia de forma rápida, sencilla y sin consecuencias. Durante los años más intensos del proceso, dirigentes soberanistas vendieron la imagen de que un referendo y una declaración parlamentaria serían suficientes para convertir a Catalunya en un nuevo estado reconocido internacionalmente. La realidad ha demostrado todo lo contrario: los obstáculos jurídicos y políticos, así como la falta de reconocimiento internacional, han hecho imposible cualquier secesión unilateral sin conflicto.

Las “estructuras de estado” inexistentes

Los líderes independentistas afirmaron que Cataluña contaba con estructuras de estado ya preparadas: hacienda propia, sistemas financieros funcionales y capacidad para asumir todas las competencias de un estado soberano. Informes posteriores y su propia gestión diaria han puesto de manifiesto que estos instrumentos eran inexistentes o completamente insuficientes, y que cualquier intento de desplegarlos habría requerido años y recursos que nunca se tuvieron.

Europa y la comunidad internacional: un apoyo que nunca llegó

A lo largo del proceso, muchos dirigentes soberanistas promovieron la idea de que la Unión Europea y la comunidad internacional apoyarían a Catalunya si declaraba la independencia. Los hechos demostraron todo lo contrario: la UE y los Estados miembros cerraron filas con España, descartando cualquier reconocimiento o apoyo a la secesión unilateral. Esta discrepancia entre promesa y realidad ha dejado el independentismo aislado en la escena internacional, a pesar de los esfuerzos propagandísticos por presentarse como un proyecto con apoyo global.

Impacto político y social

Las consecuencias de estas promesas incumplidas son evidentes. La ciudadanía independentista ha experimentado frustración y desilusión, mientras que los sectores críticos consideran que el proceso ha sido una campaña de engaño político disfrazada de lucha democrática. Las recientes encuestas muestran una disminución de la confianza en los líderes soberanistas, especialmente entre los votantes moderados que esperaban resultados tangibles.

Una estrategia de retórica y movilización

Según los expertos críticos, el relato independentista utilizó una retórica cargada de promesas exageradas e ilusiones incumplidas por mantener la movilización y la presión política. Aunque algunos defienden que se trataba de errores de cálculo o excesos de optimismo, la mayoría de voces opuestas lo consideran una maniobra calculada que ha creado divisiones sociales y un desorden institucional sin precedentes.

En resumen, el balance del proceso independentista catalán, parece claro: promesas vacías, estructuras inexistentes y apoyo internacional inexistente, combinado con una propaganda intensa que ha generado frustración y aislamiento tanto dentro como fuera de Cataluña. Los años posteriores al 2017 han servido para poner en evidencia las limitaciones y mentiras del independentismo, dejando un legado de decepción para muchos de sus seguidores.