La noche de San Juan, tradicionalmente asociada con hogueras y celebraciones populares, se ha convertido en un reflejo alarmante del deterioro de la convivencia en algunos barrios de Cataluña. En Barcelona, vecinos del barrio del Besòs i el Maresme vivieron momentos de auténtico desconcierto cuando un grupo de jóvenes comenzó a disparar al aire con armas de fuego reales en plena calle.

Las imágenes, grabadas por los propios implicados y difundidas en redes sociales, han causado una fuerte indignación. En los vídeos se observa a varios jóvenes, algunos aparentemente menores de edad, detonando escopetas y pistolas en actitud festiva, entre risas y sin mostrar el menor intento de ocultarse. En el suelo, otros recogen los casquillos mientras niños observan la escena.

"Ah pero esta la policía pendiente de si llevás el cinturón o tienes la ITV caducada", "Es un peligro muy grave por que las balas caen y pesan a mucha distancia y se pueden clavar en alguna persona" o "Una pregunta aunque sea retórica¿qué aportan éstos ciudadanos a la sociedad?", son algunos de los comentarios de usuarios en redes sociales.

Los Mossos d’Esquadra han confirmado la veracidad de los vídeos y han abierto una investigación para identificar a los autores. Según fuentes policiales, los implicados son miembros de una conocida familia gitana del distrito de Sant Martí. Las imágenes apuntan al uso de armas largas y cortas manipuladas, lo que vuelve a encender las alarmas sobre la proliferación de armamento ilegal en Cataluña.

La gravedad del suceso no es aislada. Durante esta misma verbena se registraron tiroteos y apuñalamientos en varios puntos del área metropolitana, como Terrassa, Badalona y L’Hospitalet, así como un homicidio en Barcelona y disturbios en Castelldefels y Palamós.

Los residentes denuncian una creciente sensación de impunidad y desprotección, alimentada, según algunos sectores, por una política de buenismo institucional que ha eludido abordar con firmeza el deterioro del orden público en determinados barrios.

Lejos de ser un caso anecdótico, lo sucedido durante la verbena de Sant Joan parece confirmar una tendencia preocupante: la pérdida de control sobre espacios urbanos donde la autoridad del Estado queda diluida. Las armas, la violencia y la falta de consecuencias visibles refuerzan el temor de muchos ciudadanos que sienten que su seguridad está cada vez más amenazada.

Las investigaciones siguen en curso, pero los vídeos ya han encendido un debate profundo sobre la seguridad, la convivencia y el modelo de gestión social en Cataluña. Un debate que, a juzgar por la alarma creciente, ya no se puede aplazar.