Chocolate: ¿perfecto regalo de San Valentín o cura antienvejecimiento para tu cerebro?

Ante la duda, chocolate siempre. De ahí que regalar bombones o cualquier producto asociado a este alimento sea uno de los regalos más socorridos por los enamorados el día de San Valentín. Pero es que además de adictivo –sí, yo también lo sufro-, el chocolate también es bueno para la salud, tal y como demuestran recientes estudios sobre sus propiedades antienvejecimiento cerebral. Hoy os doy la excusa perfecta para comer chocolate sin remordimientos de conciencia. Ah, y feliz San Valentín.

El otoño pasado, un estudio publicado en la revista Nature Neuroscience demostró que personas sanas de 50 a 69 años de edad que bebieron una mezcla rica en flavonoles del cacao durante tres meses, mejoraron, de forma notoria, su función cognitiva. Los 37 participantes del estudio también se sometieron a una imagen de resonancia magnética funcional después de la ingestión de la bebida de cacao, y aquí se pudo detectar una mayor actividad en el área del cerebro asociada con la memoria.

Por si no fuera suficiente, en un nuevo estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, los investigadores dieron a 90 personas de edad avanzada, que no presentaban ningún tipo de deterioro cognitivo, una bebida de cacao, con alto, medio y bajo contenido en flavonoles. La función cognitiva se puso a prueba al inicio y después de ocho semanas de estar ingiriendo las bebidas de forma diaria. Los grupos que bebieron las bebidas de niveles intermedio y alto en flavonoles mostraron una mejoría de la función cognitiva y también una mejora en algunas tareas mentales. Pero además de eso, la presión arterial también mejoró en el grupo de flavonol alto de cacao. Una prueba más de que alimentos como el chocolate pueden afectar a nuestra salud y bienestar, y hasta a nuestro intelecto.

Ahora bien, ¿demuestran estos estudios que verdaderamente el chocolate es bueno para nuestra salud? Pues sí y no. Innegablemente, el chocolate ayuda a luchar contra el envejecimiento prematuro de nuestro cerebro pero, por el contrario, para obtener la cantidad de flavonoles que fueron útiles en el grupo de estudio a partir de chocolate (que fueron muchos) tendríamos que consumir tanto chocolate que cualquier beneficio se reduciría con los daños asociados con el azúcar y el exceso de calorías que tiene este alimento.

Así que buscando un punto intermedio, aunque mucho menos romántico que el chocolate, qué duda cabe, me permito el lujo que confirmar que podemos encontrar cantidades similares de flavonoles a la de cacao en productos como el té, las cebollas, la col rizada, las uvas o las manzanas. Y un consejo extra, lo mejor para proteger el cerebro contra el envejecimiento sigue siendo algo aún menos romántico pero muy efectivo: hacer ejercicio con regularidad.