Temperaturas

¿Por qué tiritamos cuando hace frío?

Los seres humanos tenemos varios mecanismos para enfrentarnos a las temperaturas extremas. Algunas podemos controlarlas, pero otras son involuntarias

Una mujer camina bajo la lluvia sin paraguas.
Una mujer camina bajo la lluvia sin paraguas.María José LópezEuropa Press

Los seres humanos somos capaces de mantener nuestra temperatura corporal dentro de unos límites, con independencia de la temperatura ambiente. Somos lo que científicamente se conoce como animales homeotermos. Este es un proceso fundamental para nuestra supervivencia. Lo ideal es que nuestro organismo se mantenga -más a o menos- a unos 37ºC. Sin embargo, esta temperatura puede moverse entre el rango de los 21ºC y los 42ºC. Una vez fuera de estos límites… la muerte está prácticamente garantizada.

La temperatura corporal del organismo de un ser humano saludable se mueve en torno a los 37º | Fuente: EFE/Mariam A. Montesinos
La temperatura corporal del organismo de un ser humano saludable se mueve en torno a los 37º | Fuente: EFE/Mariam A. MontesinosMariam A. MontesinosAgencia EFE

Hay varios mecanismos con los que naturalmente podemos mantener nuestra temperatura dentro de estos límites “saludables”. La primera estrategia (y la más intuitiva) es ponernos a salvo de la fuente de esa temperatura ambiental perjudicial a la que estamos expuestos. Por ejemplo, si hace mucho calor, podemos irnos a nadar, podemos sentirnos un ratito a la sombra o podemos mojarnos un poco la cabeza. En un día frío, sin embargo, nos meteremos debajo de las mantas o nos acercaremos a una chimenea.

Lo malo es que este mecanismo no siempre es posible… y existen circunstancias en las que no podemos resguardarnos. Y lo bueno, es que nuestro cuerpo también puede hacer uso de algunas estrategias anatómicas o fisiológicas inconscientes y automáticas para regular su temperatura frente a las condiciones extremas del exterior… o al menos es así para combatir el frío (nuestro cuerpo está bastante indefenso en lo que combatir el calor extremo se refiere).

Una turista bebe agua para aliviar el intenso calor mientras pasea por el puente romano de Córdoba. EFE/ Salas
Una turista bebe agua para aliviar el intenso calor mientras pasea por el puente romano de Córdoba. EFE/ SalasSalasAgencia EFE

Es lo que se conoce como termogénesis, es decir, la capacidad de generar calor en el organismo gracias a diversas reacciones metabólicas. Este mecanismo depende del consumo -por parte de nuestro organismo- de untejido adiposo especializado conocido como “grasa parda” o “grasa marrón”.

Cuando nuestro sistema nervioso se expone a las bajas temperaturas, manda la orden de activación a las mitocondrias de la grasa parda, que son algo así como los motores con los que se queman las calorías para producir calor. Lo que da inicio al proceso del consumo calórico de la termogénesis… lo que produce un aumento de la temperatura corporal.

Nuestro cuerpo produce calor autónomamente y sin que nosotros tengamos control sobre ello | Fuente: Efe
Nuestro cuerpo produce calor autónomamente y sin que nosotros tengamos control sobre ello | Fuente: Efelarazon

Otra estrategia que nuestro cuerpo utiliza para general calor metabólico son los temblores. La contracción rápida e involuntaria de los músculos genera un aumento de la temperatura y -por lo tanto- de las posibilidades de supervivencia ante una situación crítica. Por cierto, este aumento de temperatura que tanto agradece nuestro organismo podemos generarlo también al frotar las manos contra nuestro cuerpo o al hacer un poco de ejercicio físico. Cualquier tipo de actividad muscular, consciente o inconsciente, puede lograr este efecto.