Astronomía

¿Te acuerdas cuando la NASA desvió un asteroide? Pues… malas noticias

“Vimos que las rocas no estaban dispersas aleatoriamente en el espacio, lo que significa que algo desconocido está ocurriendo aquí”, señala un nuevo estudio.

DART
Retratos de la zona de impacto de la misión DARTNASA DART/LICIACubeNASA DART/LICIACube

A finales de 2022, la NASA realizó un ensayo conocido como Prueba de Redirección de Doble Asteroide (DART) y señaló que los resultados fueron un gran éxito, una prueba de concepto para salvar a la humanidad en caso de que una roca espacial similar se dirigiera directamente hacia la Tierra. La pequeña nave espacial se estrelló contra la luna Dimorphos del asteroide Didymos a una velocidad de 22.500 km/h, desviándola gravemente de su trayectoria.

Ha pasado tres años de aquella misión y ahora un equipo internacional de científicos ha publicado un estudio en el Planetary Science Journal, en el que señalan que la colisión tuvo consecuencias imprevistas. El equipo, liderado por David A. Glenar, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, descubrió que la nave espacial DART expulsó una enorme lluvia de rocas, algunas de las cuales contenían más del triple de energía que la propia nave.

“Logramos desviar un asteroide, alterando su órbita – explica Tony Farnham, coautor del estudio, en un comunicado -. Nuestra investigación muestra que, si bien el impacto directo de la nave espacial DART causó este cambio, las rocas expulsadas dieron un impulso adicional casi igual de fuerte”.

El equipo de Glenar señala que, al igual que en una partida de billar, estrellar una nave espacial contra un asteroide para salvar la Tierra podría desencadenar una poderosa secuencia de eventos que debe tenerse en cuenta

Las imágenes tomadas por una pequeña nave espacial llamada LICIACube, desarrollada por la Agencia Espacial Italiana y que ha estado rondando el lugar del impacto para evaluar las consecuencias, permitieron a los astrónomos rastrear 104 rocas, con un radio de entre 1,8 y 3,6 metros, mientras se alejaban de Dimorphos. Pero los investigadores observaron algo extraño en el comportamiento de esas rocas.

“Vimos que las rocas no estaban dispersas aleatoriamente en el espacio – añade Farnham -. En cambio, se dividieron en dos grupos bastante distintos, sin material en otras partes, lo que significa que algo desconocido está ocurriendo aquí”.

El estudio plantea la hipótesis de que “los paneles solares de DART probablemente impactaron contra dos grandes rocas, llamadas Atabaque y Bodhran, en el asteroide, justo antes de que el cuerpo principal de DART hiciera contacto.

Afortunadamente, gracias a la misión Hera de la Agencia Espacial Europea, que está programada para encontrarse con el sistema de asteroides el próximo año, pronto podremos tener otra visión directa de las consecuencias del impacto, explica el estudio. Los autores esperan utilizar los datos más recientes para poder tomar decisiones más informadas en futuras misiones de deflexión como DART.

“Si un asteroide se dirige hacia nosotros y sabemos que debemos moverlo una distancia específica para evitar que impactara contra la Tierra, entonces todas estas sutilezas se vuelven cruciales – concluye Jessica Sunshine, coautora del estudio -. Se puede pensar en ello como un juego de billar cósmico. Podríamos pasar por alto la zona si no consideramos todas las variables”.