Fisiología

No aguantarías 1 minuto en este cuarto que estudia el cambio climático

Los científicos utilizan esta cámara para investigar las condiciones en las que el calor amenaza la vida, de qué modo y qué formas prácticas permiten mantener la vida.

Ola de calor
El equipo de Jay analizando el efecto del calor en una mujer embarazada.Universidad de Sydney/Stefanie ZingsheimUniversidad de Sydney/Stefanie Zingsheim

Los científicos tienen diferentes métodos para determinar la temperatura máxima a la que puede sobrevivir un ser humano. Las variables no solo dependen de los grados centígrados, sino también de la humedad. En un día caluroso, una humedad elevada puede hacer que se sienta significativamente más cálido de lo que es en realidad, mientras que en un día frío, una humedad absoluta baja puede hacer que el aire se sienta más fresco y seco.

Para comprender cómo el clima extremo influye en el ser humano, el fisiólogo Ollie Jay, de la Universidad de Sidney diseñó una cámara capaz de simular las olas de calor de actuales y futuras. La estructura, que costó cerca de un millón de euros, se construyó en Brisbane (Australia) y se trasladó 1.000 kilómetros hasta la Universidad de Sídney. Ahora, investigadores como Jay la están utilizando para poner a prueba los límites de la supervivencia humana en condiciones de calor extremo, que sorprendentemente se conocen poco.

“El problema es que, hoy en día, existen estas condiciones que pueden parecer calurosas, pero no sabemos realmente qué efectos tendrán en las personas – explica Jay, director del Laboratorio de Calor y Salud de la Universidad de Sídney -. Simulando esas condiciones y exponiendo a las personas a ellas, bajo una atenta supervisión médica, podemos entender mejor la fisiología de cómo responderán las personas”.

A medida que el cambio climático calienta el planeta, los días con mayores temperaturas se han convertido en una característica habitual de los informes meteorológicos de todo el mundo. El mes pasado, se batió dos veces el récord del día más caluroso del mundo, y las Naciones Unidas hicieron un llamamiento mundial a la acción contra el calor extremo, para ayudar a las personas, los trabajadores y las economías vulnerables a afrontarlo utilizando la ciencia. Alrededor del 70% de la fuerza laboral mundial (2.400 millones de personas) corren ahora un alto riesgo de sufrir calor extremo, según afirma la organización.

A pesar de ello, los consejos públicos sobre cómo afrontar las altas temperaturas son deficientes y no se han estudiado en profundidad las formas en que las personas pueden refrescarse de forma eficaz.

La cámara es una habitación de 4 metros por 5 metros. Los investigadores pueden aumentar o disminuir la temperatura en 1 °C cada minuto (desde 5 °C hasta 55 °C), controlar la velocidad del viento y simular la luz solar mediante lámparas infrarrojas. También pueden ajustar la humedad, una variable clave que influye en los efectos del calor sobre el cuerpo.

Los participantes del ensayo pueden comer, dormir y hacer ejercicio dentro de la cámara; los investigadores les pasan comida y otros artículos a través de una trampilla. Los sensores conectados a ellos envían información a la sala de control adyacente, que procesa datos sobre variables como la frecuencia cardíaca, la respiración, la sudoración y la temperatura corporal. Con la humedad fijada al máximo nivel, al igual que la temperatura, una persona con una baja forma física o alguna dolencia cardíaca no soportaría mucho tiempo en el interior de la cámara.

De acuerdo con los modelos actuales, la temperatura límite que soporta un ser humano es de 35 °C como límite. En ese umbral, la temperatura central del cuerpo aumentaría sin control. Pero los modelos utilizaron como medida un cuerpo humano que no suda ni se mueve, lo que hace que el resultado sea menos aplicable al mundo real. Por eso, este laboratorio es tan importante para los científicos, ya que les permite evaluar la resistencia humana en entornos reales y bajo condiciones controladas.