Evolución

Descubren el motivo matemático de que los hombres no den el pecho

El estudio se basa en un modelo matemático que analiza las implicaciones que tendría la lactancia de ambos progenitores en la microbiota intestinal, pero no pretende servir de recomendación para la crianza

Lactancia materna
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Un grupo de investigadores de la Universidad de York ha descubierto el posible motivo de que los machos no amamanten a sus crías. Tenemos muy normalizado que solo amamanten las hembras de los mamíferos, pero en biología no sirve con asumir las cosas, tenemos que entender a qué se deben, si existe alguna ventaja en hacerlas y, por lo tanto, comprender por qué la evolución ha premiado una solución y no otras. Y eso es lo complicado, porque normalmente se debe a cuestiones mucho más complejas de lo que parecen. De hecho, si nos quedamos con un análisis superficial, parece lógico que las crías se beneficiarían de que ambos progenitores pudieran amamantarla, pero estaríamos equivocados.

En este caso, los expertos han decidido enfrentarse a semejante reto utilizando el poder de la computación. Mediante modelos matemáticos, han creado una suerte de simulación de las consecuencias que tendría la lactancia de ambos progenitores para la salud de las crías y han dado con una respuesta interesante. La conclusión de sus modelos matemáticos es que, cuando amamantan padres y madres por igual, la posibilidad de que la cría desarrolle problemas intestinales aumenta notablemente. Dicho de otro modo: la supervivencia disminuye.

El problema

En realidad, el tema ha merecido algún que otro artículo durante las últimas décadas y, de hecho, aunque ninguna explicación era demasiado convincente, la hipótesis propuesta por unos teóricos de la evolución 1970 ha sido especialmente popular. En ella, se sugería que no era eficiente para los machos apostar tanta energía por la crianza porque, mientras que la madre sabe que la cría es suya, el padre nunca está seguro. Dejando a un lado las perniciosas connotaciones sociales de esta hipótesis, el principal problema con ella es más sencillo. Simplemente es falsa.

La mejor manera de descartar una hipótesis es buscar, entre sus contraejemplos, algunos especialmente contundentes. Por ejemplo, es interesante saber que sí existe, al menos, una especie de mamífero cuyos machos amamantan, se trata del murciélago frugívoro Dayak. Sin embargo, parece un caso más bien anecdótico (o no). Lo que está más claro es que existen especies de mamíferos donde los machos se implican profundamente en el cuidado de sus retoños.

Uno de los autores del estudio, el Dr. George Constable del Departamento de Matemáticas de la Universidad de York, dijo: “Nos fascinó este tema cuando leímos sobre los monos búho de Azara. Ellos contradicen las suposiciones previas sobre por qué los machos no amamantan, ya que son los padres más dedicados del mundo de los primates: realizan entre el 80% y el 90% del cuidado de las crías y solo devuelven a sus bebés a sus compañeras para la lactancia. ¿Cómo encaja esto con la hipótesis de 1970? Parece que algo no encaja.

La solución

Por suerte, parece que estos investigadores de la Universidad de York tienen una explicación mejor o, al menos, más plausible y, de hecho, la han publicado en Nature Communications. Según su estudio, si los mamíferos macho no suelen amamantar a sus crías es por los microorganismos. En la leche hay bacterias, pero no necesariamente malas. De hecho, la mayoría de las bacterias son neutrales o incluso beneficiosas para nuestra salud, sobre todo cuando se encuentran en determinadas cantidades y proporciones.

Es más, para una buena salud, nuestro intestino ha de ser poblado por microorganismos que establecerán una comunidad estable en él a la que llamamos microbiota intestinal. Sin ellas, el intestino no se desarrolla correctamente, somos más vulnerables a infecciones y, por lo tanto, nuestra supervivencia se ve comprometida. Pues bien, estos microorganismos llegan (en gran medida) mediante la lactancia, pero existe cierto peligro. La posibilidad de que se transmitan también microorganismos nocivos es real si el progenitor está infectado.

Según el modelo matemático, cunado amamanta un solo progenitor las posibilidades de transmitir a la cría un microorganismo peligroso son menores que cuando amamantan los dos progenitores. El motivo es muy sencillo: comprando dos números de lotería tienes el doble de probabilidades de que te toque el gordo.

¿Y por qué la madre?

En el estudio plantean, incluso, el motivo por el que ese progenitor único son las madres y no los padres. Sabemos que, durante el parto, la madre transmite parte de su microbiota al recién nacido y puede (aunque no está tan claro), que ya la hubiera transmitido durante la gestación. Por decirlo así: el número de lotería de la madre ya lo han comprado antes incluso de nacer, por lo que tiene sentido que, de exponerse a la microbiota de uno de sus progenitores, siga siendo el de la madre.

Otro de los investigadores, el Dr. Constable, añadió que “esta teoría encaja con un patrón de estrategias que los mamíferos han adoptado en un esfuerzo evolutivo por limitar la propagación de elementos potencialmente dañinos. En particular, en los humanos, el ADN mitocondrial se transmite exclusivamente de la madre. Este mecanismo sirve como un filtro natural, manteniendo la integridad genética al suprimir la proliferación de mutaciones perjudiciales”. Y, con la lactancia, pasaría algo similar.

Por supuesto, un modelo matemático puede ser bueno y lógico y, sin embargo, no dar con el verdadero motivo por el que las cosas son como son. En cualquier caso, es, posiblemente, la mejor explicación con la que contamos a fecha de hoy.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Los investigadores advierten que su hipótesis no está destinada a ser la base de ningún juicio sobre las diferentes formas de alimentar a los bebés humanos. El Dr. Fagan añadió: “Nuestro modelo está muy enfocado en la evolución a largo plazo del reino animal. El modelo no nos dice nada sobre las familias individuales que toman decisiones individuales sobre cómo alimentar a sus hijos de manera segura, especialmente no para los humanos en el mundo moderno. Nuestra hipótesis llena un vacío en la teoría evolutiva y se refiere a las presiones de selección sobre los mamíferos a nivel de población y durante períodos muy largos de tiempo que abarcan múltiples generaciones.”

REFERENCIAS (MLA):

  • Constable, George, et al. "Maternal Transmission as a Microbial Symbiont Sieve, and the Absence of Lactation in Male Mammals." Nature Communications, vol. 15, no. 1, 2024, article 49559, https://doi.org/10.1038/s41467-024-49559-5.