
Medicina
Devuelven la vista a pacientes ciegos con este diminuto chip y unas gafas
Los pacientes han recuperado la capacidad de leer, algo que ninguna prótesis había conseguido hasta ahora

Antes que un escritor formidable, el maestro Jorge Luis Borges fue uno de los lectores más voraces que han existido. Y, cuando la ceguera empezó a robarle su mundo, escribió su Poema de los Dones: “Nadie rebaje a lágrima o reproche esta declaración de la maestría de Dios, que con magnífica ironía me dio a la vez los libros y la noche. De esta ciudad de libros hizo dueños a unos ojos sin luz, que sólo pueden leer en las bibliotecas de los sueños los insensatos párrafos que ceden las albas a su afán”. Sesenta y seis años después de que escribiera esas líneas ha nacido un dispositivo capaz de devolver la lectura a algunas personas ciegas. Un implante y unas gafas con las que recuperar, al menos, parte de la vista que habían perdido.
Y, aunque ya existían implantes de retina, su resolución era mínima. Más que imágenes, proporcionaban sensibilidad a la luz. Eran lo mejor que teníamos, pero, con este nuevo dispositivo, los pacientes han podido recuperar algo más. Ahora pueden ver formas, contornos en un perfecto blanco y negro, sin colores, sin grises, pero es suficiente para leer etiquetas de alimentos, señales del metro e, incluso, algunos libros. Todo ello gracias a unas gafas que recogen imágenes con una cámara y las proyectan en infrarrojos hacia un diminuto chip implantado bajo la retina, un dispositivo de apenas 2 milímetros de lado bautizado como PRIMA. Ahora bien, este sistema no puede resolver cualquier tipo de ceguera, pero sí la causa irreversible más común entre los mayores que, de hecho, afecta a más de 5 millones de personas en todo el mundo.
Atrofia geográfica
En el artículo científico que acaba de ser publicado en el New England Journal of Medicine, los investigadores aclaran que su ingenio ha sido probado en pacientes de un tipo de degeneración macular llamada “atrofia geográfica”. Dicho de forma llana: pacientes cuyo ojo ha perdido las células encargadas de detectar la luz y transformarla en señales eléctricas que puedan viajar hasta el cerebro. Concretamente, las células de la parte central de la retina (conocida como “mácula”). Normalmente, esta degeneración está asociada a la edad y, por ahora, es irreversible. Aunque los pacientes que la sufren conservan algo de visión periférica, la pérdida de visión suele ser bastante incapacitante a medida que avanza la degeneración.
No obstante, aunque los pacientes pierden la mayoría de las células de su retina encargadas de recibir la luz, conservan las neuronas que conducirán los impulsos eléctricos del ojo al cerebro. Las prótesis de retina, lo que hacen, es cumplir la función de esas células perdidas. Transforman la luz que reciben en impulsos eléctricos, como si fueran un traductor de imágenes al “lenguaje” que entienden las neuronas de nuestro cerebro.
Las novedades
A diferencia de las prótesis anteriores, sin embargo, no es el implante quien recibe la luz visible del mundo exterior para convertirla en impulsos eléctricos. La cámara de las gafas es capaz de captar una imagen mucho más definida y ajustar el contraste y el zoom para simplificar la información y hacerla lo más clara posible. Es entonces, cuando las gafas envían la información como ondas infrarrojas a través del ojo.
De hecho, esa es una de las claves del éxito de este dispositivo, que no utiliza luz visible, que estimularía también a las pocas células sanas de la retina, generando confusión. La luz infrarroja solo estimula al implante, permitiendo una imagen mucho más limpia. El chip, por su parte, es una cuadrícula de 378 píxeles, cada uno de apenas 0,1 milímetros. Y, a diferencia de sus antecesores, no requiere cables para proporcionarle electricidad, sino que trabaja directamente con la luz que le llega, reduciendo las posibles complicaciones. Un ingenio que ha devuelto la vista a 27 de las 32 personas en las que ha sido implantado.
Un mundo de diferencia
Y, cuando decimos “devolver la vista” nos referimos a que pasaron de no poder leer las letras más grandes del típica prueba de agudeza visual, a leer, en promedio, las cinco primeras líneas. Es más, uno de ellos logró reconocer las primeras 12 líneas y, al menos, los 27 leyeron correctamente las dos primeras. Todo un mundo de diferencia que en unos años podría convertirse en universos de diferencia. Porque los mismos investigadores ya están probando la siguiente versión con ratas y está siendo un éxito. En lugar de 378 píxeles, el nuevo dispositivo tiene 10.000. El equivalente a uno de esos antiguos móviles Siemens.
Con suerte, la próxima versión dará resultados en humanos y, tras ella, vendrán dispositivos más y más sofisticados. La meta de esta investigación es suplir las dos funciones que más echan en falta los afectados por este tipo de ceguera. Por un lado, la lectura, que ya están cerca de devolverles del todo. Por otro, la capacidad de distinguir rostros que, por desgracia, está algo más lejos. Para ello no solo necesitamos una mayor resolución, sino incluir, al menos, una escala de grises en lugar de blancos y negros puros. Quién sabe si, tal vez, estemos ante la última generación a la que la ceguera le roba las caras de sus seres queridos.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Cuando se habla de este tipo de avances con aplicaciones sanitarias directas hay que ser realmente cautos, pero los resultados tan positivos en humanos son realmente prometedores. El dispositivo solucionaría un problema que afecta a millones de personas y que cambiaría radicalmente su calidad de vida. Es, a priori, bastante trasladable de las universidades al mercado. En cualquier caso, por muy plausible que sea verlo en la práctica clínica de aquí a unos años, hemos de comprender que, por ahora, su uso está limitado a la investigación.
REFERENCIAS (MLA):
- Palanker, Daniel, et al. "Vision Restoration with the PRIMA System in Geographic Atrophy due to AMD." The New England Journal of Medicine, vol. 393, no. 16, 20 Oct. 2025, pp. 1542–1556. DOI: 10.1056/NEJMoa2501396.
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