Evolución
Este animal alimenta a sus crías con sus propias heces para salvarle la vida
Se trata de una estrategia evolutiva que le permite crear una microbiota intestinal que procese las hojas venenosas que forman su dieta como adulto.
Sin duda se trata de uno de los animales más entrañables. Y extraños. Es un marsupial (un tipo de mamífero cuyas crías completan su desarrollo fuera del útero) con pinta de inofensivo y un desarrollo complejo, tanto que las heces de su madre le salvan la vida.
El koala se alimenta únicamente de la leche de su madre durante los primeros seis o siete meses y permanece en la bolsa o marsupio durante ese tiempo, donde lentamente va creciendo y desarrollando ojos, orejas y pelaje. Alrededor de las 22 semanas, abre los ojos y comienza a asomarse fuera de la bolsa. Entre las 22 y las 30 semanas, comienza a alimentarse de una sustancia llamada “papilla”, que producen las hembras de esta especie.
La papilla es una forma especializada de heces, o excrementos, que forma una parte importante de la dieta del koala joven, permitiéndole hacer la transición de la leche a las hojas de eucalipto, de manera similar a como un bebé humano es alimentado con comida blanda cuando comienza a comer sólidos.
Esta papilla es blanda y líquida y se cree que proviene del ciego, una bolsa conectada a la unión de los intestinos delgado y grueso. Permite que la madre transmita microorganismos presentes en su propio sistema digestivo a su cría, que son esenciales para la digestión de las hojas de eucalipto, y es una fuente rica de proteínas.
Esto se debe principalmente a que el eucalipto contiene eucaliptol, también llamado cineol, un compuesto orgánico que es tóxico en dosis altas y dado que constituye la parte principal de la dieta de los koalas adultos, es imprescindible protegerse contra esta sustancia.
El bebé se alimenta regularmente de la papilla y, a medida que crece, sale totalmente de la bolsa y se recuesta sobre el vientre de su madre para alimentarse. Finalmente, comienza a comer hojas frescas mientras viaja sobre su lomo.
La práctica de alimentar a las crías con este tipo de heces se produce cuando la cría alcanza un peso de 300 g a los 5-6 meses de edad y tienen el tamaño de un aguacate. Esta “papilla fecal” contiene bacterias vivas especiales que el intestino de un bebé necesita para la transición de la leche de la bolsa a las hojas de eucalipto.
Para producirlas, el bebé es el que se hace cargo del proceso: frota su cabeza hacia adelante y hacia atrás con pequeños movimientos espasmódicos contra la cloaca de la hembra, lo que provoca la producción de la papilla. El problema es conseguir esto con los ejemplares en cautiverio. Para conseguir esto, Hayley Shute, directora de ciencias biológicas del Australian Reptile Park, asume el papel de la cría.
“La papilla se parece a la caca, pero es más suave y aceitosa – explica Hayley -. Se podría comparar con la miel, no tanto por la consistencia, sino por todas las bacterias vivas buenas que contiene”.
Como el proceso ocurre en la bolsa, ha pasado relativamente desapercibido en la naturaleza. Pero el trabajo de Hayley de alimentar a mano a los bebés, que pueden tener una madre primeriza sin experiencia o simplemente una desinteresada, significa que ha tenido que recolectar papilla para alimentar a estas crías.
“No hay una forma delicada de decirlo – añade Hayley-, pero froto la cloaca del koala hasta que comienza a ir al baño y luego, alrededor de los 45 minutos, una vez que su sistema digestivo ha expulsado las heces, comienza la producción de papilla. Puede llevar hasta una hora y media obtener lo realmente bueno. Hasta donde sabemos, un cambio fisiológico dentro de la madre desencadena la producción de papilla”.
La madre koala también sufre una transformación física durante el proceso. Entra en un estado de trance,” con los ojos medio cerrados, mirando hacia adelante, pero sin mirar a nada, literalmente como si estuviera hipnotizada”, afirma Hayley.
Las investigaciones sobre la composición de la papilla muestran que es marcadamente diferente a las heces, que contienen bacterias muertas, ya que son las bacterias vivas en la papilla las que son tan beneficiosas para las crías.