Sí, es cierto que también se puede ver el mismo fenómeno en la Bahía Mosquito (Puerto Rico), en la Bahía de Toyama en Japón y en ciertas zonas de Maldivas, pero Galicia es otro de los rincones del mundo en el que el mar brilla por la noche gracias a la biología.

En general, este efecto se produce por diferentes organismos. Por ejemplo, en Puerto Rico el responsable es el dinoflagelado Pyrodinium bahamense (un tipo de alga), mientras que, en la Bahía de Toyama, los “culpables” son unos pequeños organismos marinos llamados ostrácodos.

Conocido en España como el Mar de Ardora (un océano que “arde”), se trata de un fenómeno que es visible principalmente en verano con la llegada de otro dinoflagelado, el Noctiluca Scintillans. Cuando se produce una acumulación de estas algas, el movimiento de las aguas crea una reacción química que genera el característico brillo azul. En términos puramente químicos, la reacción es similar a la de las luciérnagas. Lo que no está tan claro es el motivo. ¿Comunicación? ¿Reproducción? ¿Evitar depredadores? Aún no se sabe.

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Lo que sí sabemos es por qué ocurre en Galicia y en verano. Esta zona de la península, bañada por las aguas del Atlántico, es una de las que cuenta con mayor diversidad debido a las diferentes corrientes y a la confluencia de los mares del norte. Esto hace que sea una zona rica en recursos para diferentes especies, incluidas las más básicas, como los dinoflagelados. En estos mares encuentran alimento y pueden reproducirse libremente. Sobre todo, en el verano, cuando la temperatura del agua aumenta.

Precisamente, la temperatura es clave para la llegada del mar de Ardora: cuando aumenta, también se incrementa la actividad metabólica de las algas, que producen más enzima luciferasa, la responsable de la emisión de luz. Todo ello contribuye al lumínico fenómeno.