Geología
¿Por qué está cambiando el polo magnético de la Tierra?
Científicos han publicado la última versión del Modelo Magnético Mundial, una predicción de cómo se desplazará y cambiará el campo magnético de la Tierra durante los próximos cinco años.
El campo magnético de la Tierra se genera en el núcleo externo del planeta, una capa de hierro fundido a 2.890-5.000 kilómetros por debajo de la superficie del planeta. El hierro líquido, que es un buen conductor de electricidad, está en constante movimiento y, cuando se mueve a través de un campo magnético débil, ese movimiento produce una corriente eléctrica. La corriente eléctrica, a su vez, genera su propio campo magnético, lo que da lugar a un proceso autosostenible conocido como geodinamo.
El geodinamo ha regenerado continuamente el campo magnético de la Tierra durante miles de millones de años. Sin algo que sostuviera el campo, la Tierra habría perdido su campo magnético después de unos 40.000 años y estaríamos a merced de la radiación cósmica y las partículas cargadas que bombardean nuestro planeta con el viento solar.
Pero no todo es tan sencillo. El movimiento del núcleo exterior es muy complejo y hace que el polo norte magnético se desplace decenas de kilómetros por año. Debido a que el campo magnético de la Tierra es complejo, el polo sur magnético no se mueve exactamente de la misma manera. Pero los cambios en la fuerza del campo magnético cerca del Polo Norte han hecho que se desplace desde el Ártico canadiense hacia Siberia en los últimos años.
Con esto en mente, los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI, por sus siglas en inglés) y el Servicio Geológico Británico (BGS, por sus siglas en inglés) publicaron una versión actualizada del Modelo Magnético Mundial, una predicción de cómo se desplazará y cambiará el campo magnético de la Tierra durante los próximos cinco años.
El Modelo Magnético Mundial, que predice la diferencia entre el norte magnético y el norte verdadero en cada punto de la Tierra, desempeña un papel integral en la navegación por satélite y aeronaves y ayuda a los usuarios de teléfonos inteligentes a orientarse utilizando servicios como Google Maps.
La actualización se ha planificado durante años y la mayoría de los usuarios no notarán nada diferente como resultado de los cambios. Pero los cambios son necesarios para mantener el funcionamiento de los sistemas de navegación y para hacer mejores predicciones futuras sobre el campo magnético de la Tierra.
El Modelo Magnético Mundial es un modelo matemático del campo magnético de la Tierra y una predicción de cómo evolucionará el campo en los próximos años. El modelo combina datos de satélites como la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea y de magnetómetros de alta precisión en observatorios terrestres para predecir el campo magnético en cada punto de la Tierra.
Las aplicaciones de navegación utilizan el Modelo Magnético Mundial junto con el GPS para orientar a los usuarios. “Los teléfonos móviles y los sistemas GPS tiene un magnetómetro, en realidad una brújula digital incorporada – explica William Brown, geofísico del BGS y uno de los responsables de actualizar el Modelo Magnético Mundial -. Mide la dirección del campo magnético donde estás e ingresa tu posición en el software del Modelo Magnético Mundial para indicarle cómo debería verse el campo magnético. Y luego, al comparar las mediciones con los resultados, puedes determinar en qué dirección estás mirando”.
El problema es que las pequeñas desviaciones del campo pueden acumularse con el tiempo y, ocasionalmente, agravarse hasta el punto en que el modelo debe actualizarse con mayor frecuencia. Por ejemplo, el NCEI y el BGS publicaron una actualización fuera de ciclo en 2019 para tener en cuenta el flujo del núcleo externo más rápido de lo habitual en el hemisferio norte, un fenómeno que provocó que el polo norte magnético se desplazara mucho más rápido de lo habitual.
“El verdadero desafío, y la razón por la que publicamos un modelo cada cinco años, es que no cambia de manera regular. No es completamente predecible. Es un sistema realmente complicado y caótico – concluye Brown -. Normalmente, alrededor de los cinco años es cuando la precisión del modelo comienza a llegar al punto en que no es tan buena como nos gustaría. Entonces hacemos una mejor predicción con cinco años más de información con la que trabajar, y simplemente actualizamos la predicción en el futuro”.
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