Arqueología

Imágenes desclasificadas de satélites de la Guerra Fría revelan 400 fortalezas romanas

“Retratan un paisaje que ha cambiado debido al uso moderno de la tierra y la expansión urbana, lo que hace que sean un recurso único”, explican los autores del estudio.

Roma satélites
Algunos de los fuertes retratados por los satélites espíaUSGSUSGS

Si Google Maps ha permitido encontrar joyas arquitectónicas ocultas, si los arqueólogos han utilizados satélites para revelar tesoros de antaño, era cuestión de tiempo hasta que los registros clasificados como secretos del paso de satélites espías fueran usados con un propósito similar. Y ahora cientos de fuertes del Imperio Romano aparecieron en antiguas imágenes de satélite espía que mostraban regiones de Siria, Irak y territorios cercanos de la "media luna fértil" del Mediterráneo oriental.

Los satélites Hexagon y Corona se utilizaron para reconocimiento en las décadas de 1960 y 1970, pero sus datos ahora están desclasificados. Algunas de sus imágenes archivadas han permitido nuevos hallazgos arqueológicos en zonas de la Tierra que a menudo son difíciles de visitar para los investigadores.

Los 396 fuertes recién descubiertos, vistos directamente desde el espacio, confirman y amplían un estudio aéreo de la región realizado en 1934 por el pionero francés Antoine Poidebard. En este, Poidebard había registrado 116 fuertes en la frontera oriental del Imperio Romano. Los arqueólogos siguen estando de acuerdo con la conclusión básica de ese estudio de casi un siglo de antigüedad: Roma estaba fortificando su frontera. Pero el nuevo estudio, publicado en Antiquity, aporta una nueva perspectiva.

"Estos fuertes son similares en forma a muchos fuertes romanos de otras partes de Europa y el norte de África – explica Jesse Casana, en una entrevista -. Hay muchos más fuertes en nuestro estudio que en otros lugares, pero esto puede deberse a que están mejor conservados y son más fáciles de reconocer. Sin embargo, también podría haber sido un producto real de la construcción intensiva de fuertes, especialmente durante los siglos II y III d.C."

El estudio realizado por Poidebard sugería que las fortificaciones eran una línea defensiva contra los persas (más propiamente, los partos y los sasánidas, que eran otras superpotencias de la época). Pero una limitación de su trabajo era que voló su avión, principalmente donde creía que se encontrarían fuertes. Y estos habían sido estudiados antes de que existieran los estándares arqueológicos modernos.

En rojo, el área de estudio de las imágenes satelitales.
En rojo, el área de estudio de las imágenes satelitales.Antiquity/Jesse Casana, David D. Goodman & Carolin FerwerdaAntiquity/Jesse Casana, David D. Goodman & Carolin Ferwerda

El nuevo estudio de imágenes satelitales del equipo de Casana, sin embargo, pudo cubrir más terreno y contrarrestó el sesgo del estudio de Poidebard. Así fue como no solo se descubrieron las casi 400 fortalezas, sino que estas no mostraban un patrón defensivo norte-sur discernible contra los pueblos del este, en cambio, estaban dispersos.

Los nuevos resultados pueden confirmar las sospechas de algunos estudiosos anteriores, que argumentaban que los 116 fuertes de Poidebard estaban demasiado separados para formar una línea de defensa conectiva. En cambio, los campamentos en las actuales Siria e Irak posiblemente se utilizaron para proteger las caravanas que transportaban bienes valiosos hacia y desde las provincias de Roma, al tiempo que permitían comunicaciones e intercambios interculturales.

"Estas imágenes tienen una alta calidad – añade Casana -, pero también retratan un paisaje que ha sido severamente impactado por los cambios modernos en el uso de la tierra, incluida la expansión urbana, la intensificación agrícola y la construcción de embalses. Eso los convierte en un recurso único para la investigación arqueológica".

A esta ventaja hay que sumarle otra más. Todas las imágenes de satélite que se han utilizado en este estudio están disponibles públicamente a través del Servicio Geológico de Estados Unidos. Pero no basta con descargarlas. El equipo de Casana precisó de horas de procesamiento para georreferenciar y corregir espacialmente las imágenes. Estos procesos son necesarios para mapear con precisión las características de la superficie de la Tierra utilizando tecnología GPS.

"Nuestro estudio – señala Casana - también ayuda a mostrar que un número desconocido de otros sitios probablemente también se perdieron en el tiempo entre los vuelos de Poidebard en la década de 1920 y las imágenes de Corona de finales de la década de 1960”.

En términos más generales, el estudio también puede añadir matices a cómo los romanos gestionaron las fronteras de su imperio. Pero también podría estar sujeto a un sesgo de preservación, advierten los autores. La densidad de fuertes observada en algunas áreas, así como la distribución de los fuertes que permanecen visibles, puede reflejar la realidad de que muchos otros se perdieron debido a "prácticas de asentamiento y uso de la tierra. Prueba de ello es que muchos fuertes que vio Poidebard ya no eran visibles, apenas una generación después, en las imágenes de satélite espía.

Dicho esto, los arqueólogos han encontrado 106 "elementos similares a fuertes" adicionales en una subregión del estudio satelital. "Estamos planeando ampliar el estudio para buscar más sitios, incluidos fuertes y otros - concluye Casana -. Trabajaremos dentro de nuestra área de estudio actual utilizando formas adicionales de imágenes, como las imágenes desclasificadas más recientemente, además de expandirnos regionalmente a otras partes del Medio Oriente".