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Tal vez no deberías tener perro según este estudio científico
Una investigación de la Universidad de Eötvös Loránd ha analizado cómo perciben su experiencia los propietarios de perros

Es posible que te estés planteando tener una mascota o, quizás, ya tienes toda una jauría en casa. En cualquiera de los dos casos, este artículo no pretende disuadir a ningún cinófilo empedernido. Sin embargo, seamos sinceros: tener una mascota no siempre es agradable. Compartir tu vida con un perro, un gato, un hurón o lo que sea (dentro de la legalidad) conlleva muchísimas responsabilidades. De hecho, cada vez más a medida que extendemos nuestra perspectiva ética a otras especies. La cuestión es si compensa o, mejor dicho, si a ti te compensa. Por eso, un grupo de investigadores de la Universidad de Eötvös Loránd, en Eslovaquia, han decidido romper el silencio y recoger las percepciones más polémicas de un grupo de propietarios. O, al menos, eso es lo que intentaron.
Y es que, en palabras de la propia universidad, los resúmenes exhaustivos sobre los muchos costos y beneficios de compartir la vida con un perro son escasos. En parte porque no es uno de los temas que más interesa publicar a las revistas científicas generalistas, que pueden ocupar sus páginas hablando sobre los secretos del cosmos y las terapias contra el cáncer más novedosas. Por otra parte, porque es difícil recoger testimonios realmente sinceros sobre la carga que puede suponer un ser querido (en este caso, una mascota). Cuando hemos comprometido nuestra vida con el cuidado de alguien o algo que queremos, aceptar que tal vez hubiéramos sido más felices sin él es muy difícil y la culpabilidad se apodera de nosotros.
Pros y contras
Para medir los beneficios y desventajas de compartir la vida con un perro, los investigadores encuestaron a una serie de propietarios. Su tarea era sencilla: tenían que puntuar 33 afirmaciones sobre tener perro con valores entre el -3 (gran desventaja) y el +3 (gran ventaja).Afirmaciones como: “Los perros necesitan ser entrenados y educados”, “Los perros pueden traer desorden y suciedad a la casa”, “Los perros pueden hacer compañía a los niños” … Y, junto con estas puntuaciones, se les emitió emitir respuestas abiertas que los investigadores también pudieron analizar.
Analizando los datos con cuidado, los investigadores pudieron confirmar que, como esperaban, los propietarios estaban más inclinados a puntuar alto las ventajas que bajo las desventajas. Dicho en números: si sumamos todas las calificaciones, las afirmaciones positivas fueron, en promedio, calificadas mucho más alto (2,06) que las negativas (-0,66), inclinando la balanza de costos y beneficios a favor del lado positivo de la experiencia de tener un perro. Un resultado lógico si tenemos en cuenta que la muestra está compuesta por dueños de perros y que (en general) cuentan con un claro sesgo a su favor. Lo más interesante, por lo tanto, son las afirmaciones concretas y los grupos en los que podemos presentarlas.
Percepción frente a realidad
Por ejemplo. La creencia de que los perros alegran la vida recibió un promedio de 2,78, extremadamente anta, sobre todo si tenemos en cuenta que estos mismos investigadores, en estudios previos, no fueron capaces de medir que los propietarios de perros fueran realmente más felices que el resto de las personas. Un caso interesante de cómo la percepción y la realidad no siempre encajan. Por otro lado, la corta esperanza de vida de los perros obtuvo un promedio de -1,67, el más bajo registrado. Así pues, visto como un porcentaje podemos concluir que más del 60% de los dueños mencionó las relaciones significativas con sus perros como el mayor beneficio. Casi un tercio citó beneficios en la vida diaria como el ejercicio físico. El 15% destacó la oportunidad de vincularse con otra especie. Y, si nos enfocamos en los contras, la práctica totalidad (el 95%) señaló los costos financieros como lo más negativo y tan solo cuatro de cada 100 confesó que las mascotas le suponían un coste emocional importante.
“También nos interesaba ver si todos estos aspectos de tener un perro podían agruparse en componentes más grandes”, dijo Laura Gillet, estudiante de doctorado en el Departamento de Etología y autora principal del estudio. “Al final, encontramos tres de ellos. El primero abarcaba los beneficios emocionales, físicos y sociales de tener un perro. El segundo estaba más del lado negativo, refiriéndose a las emociones negativas y los desafíos prácticos derivados de tener un perro. El tercer y último componente comprendía aspectos relacionados con los compromisos y responsabilidades que implica tener un perro a largo plazo, incluyendo, por ejemplo, el tiempo que debe dedicarse al cuidado y entrenamiento diario del perro, así como la influencia del perro en la rutina del dueño y la calidad del sueño”.
Tal vez no debas
En resumen, este tercer bloque es el que dividía en mayor medida a los dueños y, por lo tanto, el que debemos tener más claro antes de invitar un perro a nuestras vidas. ¿Cómo gestionamos la responsabilidad? ¿Estamos dispuestos a satisfacer las muchas necesidades de nuestra mascota para hacerla realmente feliz? En el fondo el resultado del estudio, como consejo, no dista mucho de lo que hacen los padres para disuadir a sus hijos ante la insistente súplica de tener un perro: primero demuéstrame que eres responsable con esta otra tarea y, entonces, tal vez lo tengamos.
Por otro lado. Hace tiempo que sabemos que las mascotas cuentan con su propia huella de carbono (y no es nada desdeñable). Dicho de otro modo: el bienestar de tu mascota requiere una serie de elementos que contribuyen a la emisión de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, al cambio climático. La producción de su comida, su transporte, etc. Cuestiones por las que no hemos de demonizar a nuestros perros y gatos, pero de las que debemos hacernos responsables para identificar qué queremos realmente.
QUE NO TE LA CUELEN:
- A veces las investigaciones científicas se encargan de preguntas que parecen tener una respuesta muy evidente. De hecho, a veces sus resultados encajan a la perfección con las intuiciones que pudiera tener la población, en general. Sin embargo, eso no significa que el estudio fuera inútil. Hace falta cuantificar de forma rigurosa ciertas cuestiones para realmente estar seguro de si nuestras intuiciones son acertadas. Una cuestión diferente es la de la posible aplicabilidad de dichas investigaciones.
REFERENCIAS (MLA):
- Gillet, Laura, Turcsán, Borbála, and Kubinyi, Eniko. "Perceived Costs and Benefits of Companion Dog Keeping Based on a Convenience Sample of Dog Owners." Scientific Reports, vol. 2025, no. 1, 21 Jan. 2025, DOI: 10.1038/s41598-025-85254-1.
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