Cambio climático
El vórtice polar ártico se aleja del Polo Norte y se acerca a Europa
Es una conclusión de estudios realizados por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El clima del planeta se basa en un delicado equilibro entre todos los fenómenos meteorológicos que se producen en la atmósfera terrestre, en todas sus capas, desde la troposfera hasta la exosfera. Se trata de un sistema muy complejo que refleja el famoso dicho de “el aleteo de una mariposa provoca un huracán en el otro extremo del planeta”: una variación mínima produce un resultado final muy diferente.
El vórtice polar ártico es un círculo de vientos fuertes y fríos que se intensifica cada invierno sobre el Polo Norte. El vórtice siempre está presente, pero se intensifica en invierno debido a la redistribución del calor procedente de los trópicos. Durante el invierno, los vientos que conforman el vórtice polar soplan de oeste a este. En primavera, a medida que cambia la inclinación de la Tierra y el Polo Norte recibe más luz solar, la dirección de los vientos cambia de sentido. Los vientos también se debilitan debido a la menor transferencia de calor desde los trópicos al polo.
Estos vientos se localizan en la estratosfera, una capa de la atmósfera que se extiende entre los 10 y 50 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre. Ciertos cambios vinculados al “calentamiento estratosférico repentino” pueden alterar el vórtice polar. Estos eventos ocurren cuando ondas atmosféricas de gran escala, llamadas ondas de Rossby, son impulsadas hacia la estratosfera desde abajo, provocando picos repentinos de temperatura. Al igual que las olas del océano, las ondas de Rossby pueden romper sobre el vórtice polar, debilitándolo y, en casos extremos, invirtiendo la dirección de sus vientos.
Ahora, de acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), una importante alteración del vórtice polar ártico ha desplazado el anillo de viento que rodea el Polo Norte de su posición y lo ha situado en dirección hacia Europa.
Esta migración podría provocar temperaturas más frías de lo normal en algunas partes del continente durante la próxima semana. El vórtice polar comenzó a desviarse de su rumbo el 9 de marzo. Este cambio suele ocurrir cada año, pero suele ocurrir a mediados de abril, lo que significa que la inversión de este año se produjo inusualmente temprano, según la NOAA.
“Durante gran parte de este invierno, el vórtice polar ha sido intenso – señala el comunicado -. Pero como una auténtica diva atmosférica, el vórtice polar tenía un último as bajo la manga: se descompuso de forma espectacular y trajo consigo aire frío”.
Los últimos pronósticos de la NOAA sugieren que es improbable que el vórtice polar regrese a su posición normal sobre el Polo Norte. Probablemente, tampoco recuperará su fuerza invernal, por lo que es probable que se disipe y finalmente “entre en hibernación” sobre el norte de Europa. A medida que se disipe, el vórtice polar traerá temperaturas por debajo de lo normal al norte de Europa.