Regeneración democrática
Ciudadanos debe demostrar que quiere gobernar
Albert Rivera ha salido de la IV Asamblea de Ciudadanos con un partido hecho a su imagen y semejanza, un liderazgo reforzado y un amplio respaldo a sus propuestas de Estatutos, estrategia e ideario. El presidente del partido naranja tenía razones para sentirse más que satisfecho de contar con una organización que parece seguir sus pasos con pocos o ningún pero. Esa cohesión es, sin duda, un valor que le refuerza para lo que está por llegar, más aún cuando se contemplan las turbulencias de las formaciones de izquierda. Sin ruido interno, sin navajas afiladas que cruzar, es más sencillo dedicarse a lo importante: las propuestas para solucionar los problemas de la gente. De momento, Rivera ha conseguido certificar el entierro del ideario socialdemócrata para abrazar el liberalismo progresista. Esta retórica tan rimbombante se traduce en que Ciudadanos se presenta como liberal en lo económico y progresista en lo social. Es también un giro táctico y nominal al centro para buscar un mejor acomodo en los complejos caladeros de votos. «Los liberales de Cádiz han vuelto» con Ciudadanos, proclamó Rivera. Más allá de las licencias y las ínfulas, Ciudadanos juega un papel protagonista en la estabilidad institucional desde la moderación y el constitucionalismo que es preciso ponderar. Le falta dar el paso de comprometerse en la gobernabilidad y dejar de mirar los toros desde la comodidad de la barrera y los titulares mediáticos.
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