Embarazo
De lunas, antojos, sexo y comida. Mitos durante el embarazo
Un embarazo suele ser motivo de alegría, pero también de miedos y dudas. Nueve meses de incertidumbres y preguntas que muchas veces se resuelven a través de los medios equivocados. Internet ha multiplicado los bulos y falsas creencias. Los expertos tratan de acabar con ellas
Internet nació con un mundo de posibilidades debajo del brazo, como dicen que lo hacen los niños. La red de redes ha logrado conectarnos a todos; nos ha permitido acceder a información hasta entonces solo al alcance de unos pocos, pero con ella vinieron también las noticias falsas, los bulos, la hiperconectividad o el doctor Google, ese al que hemos convertido en nuestro médico digital de cabecera. Es habitual teclear síntomas en busca de un diagnóstico y un tratamiento, casi nunca acertado, por cierto. Algo que los auténticos profesionales tratan de frenar con poco éxito.
Y si hay una etapa en la vida en la que las manos y las dudas nos llevan a navegar por Internet huyendo de un mar de incertidumbres esa es el embarazo.
Nueve meses de cambios en un cuerpo que da cabida a otro dan para más de una pregunta y a muchas (y a muchos) no les basta con lo que su obstetra les dice, y mezclan la ciencia con mitos y fábulas. Vamos a tratar de desmontar algunas de las más populares con la ayuda de Domingo Desantes, ginecólogo obstetra del hospital La Fe de Valencia.
Empecemos por lo básico: no, no es necesario comer por dos. «Hay que alimentarse bien; tener un alimentación sana que contenga carne, pescado, fruta, verdura, huevos y leche -todo bien lavado y cocinado, «cuanto más, mejor»-. El embarazo no es una excusa para darse atracones». El experto cuenta que en los casos en los que las madres son más jóvenes, mantener una dieta equilibrada suele ser más difícil porque suelen ser más caprichosas en el comer. Y hablando de caprichos, ¿hay que dárselos todos?, ¿le saldrá a mi bebé una mancha de antojo? «Un embarazo no es una condena. Claro que puedes darte un capricho de vez en cuando. Si te apetecen unos huevos fritos con patatas o unas fresas con natas, adelante. Lo que se recomienda es que eso no se convierta en una costumbre, sino en algo extraordinario».
Y para los que quieren la parejita o «buscan» el niño o la niña, malas noticias: no hay ningún alimento que nos dé más probabilidades de acertar.
En cuanto a si la forma de la barriga nos puede dar una pista sobre el sexo del bebé, tampoco hay ninguna evidencia médica que lo afirme. «Tradicionalmente se ha dicho que si es puntiaguda es niño, y si es más redondita es niña. Eso puede tener cierto sentido si se tiene en cuenta que los niños suelen ser más grandes que las niñas y de ahí que haya nacido este mito, pero no hay una base científica en esta afirmación».
También se oye aquello que, en el caso de los neonatos prematuros, es mejor que nazcan a los siete meses que a los ocho. «Falso. Cuanto más maduro esté el feto, mucho mejor. Lo que ocurre es que las patologías de un bebé de ocho meses, si se producen, suelen ser peores que las de los de siete».
También se puede hacer deporte - «la natación es lo mejor, o prácticas de movimientos suaves como el yoga»- tomar el sol en verano, usar protector solar y bañarse todas las veces que una quiera. «Es todo cuestión de sentido común. No hay que hacer nada que no harías si no estuvieras embarazada».
¿Y qué hay del sexo? «Pues normalidad también. Se pueden mantener relaciones sexuales hasta el último momento. Y no, practicar sexo en la fase final del embarazo no adelanta el parto, como tampoco lo hacen las fases de la luna». Al respecto, el doctor Desantes explica que «aún no se sabe qué es lo que desencadena el parto, pero sí que existe una relación entre la madre y el bebé y que estos se ponen de acuerdo, no sabemos cómo».
Una conexión que también viene de fuera. «Sí oyen la música, así que mejor ponerles música relajante, pero si a la madre le gusta el rock, que le ponga rock, pero que se atenga a las consecuencias porque corre el riesgo de que le salga un poco más revoltoso», bromea.
El doctor explica que «todos los mitos tienen su parte de verdad, porque son parte de la vida, pero no se pueden demostrar desde una base científica, así que lo mejor es confiar en lo que te diga tu médico». Sentido común, insiste. Y no, «cruzar los pies cuando estás embarazada no ahoga al niño». Ciencia sobre mitos.
¿De qué estamos hablando?
La mayoría de los 140 millones de partos que se producen cada año en el mundo se dan sin complicaciones importantes. Según la encuesta sobre «Movimiento Natural de la Población», el año pasado nacieron en España 369.302 niños (23.879 menos que en 2017) y murieron 426.053 personas (un 0,4 por ciento más que el año anterior), lo que supone que perdemos población por cuarto año consecutivo (56.262 ciudadanos menos). Esto supone que en 2018 nacieron 150.000 niños menos que diez años antes.
Asimismo, actualmente la edad media en la que una mujer es madre es de 32,2 años, lo que conlleva un aumento de partos prematuros y bebés con un menor peso. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que esta tasa oscila ya entre el 5 y el 18 por ciento de los recién nacidos. En la imagen de la derecha, Domingo Desantes, ginecólogo obstetra del hospital La Fe de Valencia.
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