Gastronomía
La Ruta de la Cuchara: maridaje comprometido sin atascos gustativos
Hay una nueva corriente de gastrónomos que practican el culto a la cuchara, frente a las gastronomías invasoras y genocidas que deprimen al comensal. Vamos siguiendo su rastro desde que se auparon como protagonistas de las cartas. Un esfuerzo ambicioso, con fines de fomentar escapadas gastronómicas
Parafraseando un antiguo proverbio chino, de forma particular, «si quieres ser rico en experiencias gastronómicas primero tienes que construir el camino». Si hay un territorio donde la pulsión popular está más presente esa es la cocina de cuchara. Gastronomía sin paliativos, agrandada y contundente, que irrumpe durante la consolidación del invierno y la definitiva llegada de las bajas temperaturas.
La cuarta edición de la Ruta de la Cuchara que organiza la Confederación de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana con la colaboración de la Agencia Valenciana de Turismo avanza en su propósito de sobrepasar las ediciones anteriores y traspasa fronteras al extenderse hacia las provincias hermanas de Castellón y Alicante.
El rosario de platos de cuchara que salpica la gastronomía popular y autóctona nos sitúa ante un escenario de enorme pluralismo: potajes, guisos, alubias, cocidos irrumpen con fuerza y aseguran la gobernabilidad culinaria durante el invierno.
Platos de cuchara como mayúsculos aldabonazos gustativos, sin especulaciones, para los paladares más distraídos: olla utielana, gachas, migas, puchero, olla de pueblo, morteruelo, arroz de matanza, olla cherana, olla sieteaguense... desde el 14 de febrero, en 28 restaurantes de Requena, Utiel, Chera, Siete Aguas, Fuenterrobles, Sinarcas, Camporrobles, Caudete de las Fuentes, Villagordo del Cabriel y Venta del Moro donde ofrecen menús especiales.
Hay una nueva corriente de gastrónomos que practican el culto a la cuchara, frente a las gastronomías invasoras y genocidas que deprimen al comensal. Vamos siguiendo su rastro desde que se auparon como protagonistas de las cartas. Un esfuerzo ambicioso, con fines de fomentar las escapadas gastronómicas en el epílogo invernal, para mejorar la conectividad de la restauración local en una escala regional que apunta a fortalecer los vínculos gastronómicos.
La resurrección perenne de la cuchara nos llena de vida con el equipaje de legumbres, verduras y carnes bañadas con caldos comprometidos que conforman un maridaje exprés. La gastronomía de la cuchara se babeliza en una ruta diferente, con múltiples platos, que representa un culto a su personalidad.
Esta cocina reclama un puesto en primera fila de la gastronomía invernal que no desmerece. Guisos y potajes encuentran un relevo de altura que perpetúa con ingenio la esencia de la más pura y viva cocina autóctona. La emblemática cuchara vive al margen de modas y tendencias.
La escapada gastronómica en Ave desde Madrid hasta Requena resulta más que verosímil, en tiempo real, con descuentos de hasta el 70 por ciento, alcanza así todo su sentido fundacional, rendidos a una prometedora ruta, sobre la que se articula la posibilidad de visitar una bodega.
Disfruten de una experiencia de navegación culinaria excepcional con un montón de funciones. El navegador gastronómico de una personalidad técnica (des) preocupada deslumbra por su derroche culinario, se enciende continuamente hacia los destinos favoritos, mientras nos muestra la habilidad de salir de situaciones de cualquier atasco gustativo. Lo único que van a necesitar es un batería para cargar el paladar.
La cobertura GPS es concluyente, descárguense fácilmente los mapas de los establecimientos participantes. Sobremesas llenas de conectividad, compatibles hasta los paladares más exigentes y los que ya conocen ese trayecto busquen las actualizaciones de las cartas de los restaurantes recomendados. Eso sí, reserva obligada, planifiquen la ruta de antemano. En coche o en Ave están obligados a entenderse.
Los incentivos de los platos de cuchara, las recetas particularizadas para multiplicar su seducción, las posibilidades de elegir la fórmula a la carta y las incontables ofertas permiten recuperar la demanda del individuo comensal.
Gastronomía de interior bajo el arbitraje de un maridaje comprometido donde resulta más que posible disfrutar de un concierto alambicado con los vinos de Utiel-Requena. No hay que ser especialmente gastronómicamente diestro para detectar que al conocer la ruta se afilien eternamente a la cuchara. Llegados a este punto, los avatares de ediciones anteriores nos llevan a hacer una declaración de principios. En el silencio de la página les comento, si no conocen La Ruta de la Cuchara, en un futuro no muy lejano, considerarán necesario manifestar su arrepentimiento culinario por no acudir.
Ni es la primera vez ni será la última, la cuchara monopoliza los sabores en el epílogo invernal. Es nuestra protagonista, que nadie se engañe, la que supura por los cuatro costados mientras nos (re)descubre la gastronomía de interior más popular y emancipadora. En sus múltiples comparecencias lleva el peso del abono culinario, sin dimes y diretes gastronómicos. Si todavía no han llegado, pero sus deseos están en camino, hasta el 1 de marzo tienen su oportunidad. Avisados quedan. La Ruta de la Cuchara: Maridaje comprometido, sin atascos gustativos.
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