Sociedad

¿Y después de esta pesadilla qué?

Ahora, más que nunca, es momento de pensar en el día siguiente, pero no con la mentalidad política del voto

El doctor Enrique Medina
El doctor Enrique MedinaLa Razón

Cuando la presión de urgencias vaya cediendo y la ocupación de las UCIs se normalice, habrá que pensar en la asistencia de "los otros pacientes" o nos podemos encontrar ante un grave problema asistencial. Los retrasos y las listas de espera pueden ser superiores a los tres meses y, teniendo en cuenta que las incidencias de patologías y el número de pacientes no habrá cambiado, será necesario afrontar sobrecargas inasumibles.

El hecho de estar acostumbrados a tener una buena sanidad (aunque, como todo siempre, mejorable) y las especiales circunstancias que impone la crisis actual impuesta por la Covid-19, no quita que haya que prestar mucha atención a cómo se organiza la medicina especializada, los controles de crónicos, los programas de prevención de patología tumoral (al parecer en suspenso, hasta nueva situación) y las técnicas exploratorias de los pacientes. Todo esto, insisto, sabiendo que ya había problemas con las listas de espera.

De lo que no hay duda es de que, debido a la actual y excepcional situación, está claro que ha faltado una buena coordinación del sector, así como directrices claras para los profesionales, aun comprendiendo la falta de conocimiento de muchas de las características en un principio de esta pandemia.

Así mismo, se ha comprobado que cuando los profesionales sanitarios implicados en la atención de estos pacientes han cogido la organización dentro de los centros hospitalarios, las cosas han mejorado mucho en los resultados. Por ello, lo deseable sería que cuando recuperemos la normalidad, esta tenga diferencias y mejoras respecto a la anterior, al menos a la hora enfocar las distintas tareas sanitarias. Espero que este mal trago haya servido al menos para algo.

Dicho esto, me gustaría destacar algunos puntos relevantes a tener en cuenta si queremos seguir hablando de una "buena sanidad pública". Será importante crear grupos de trabajo de cada especialidad, formados no por burócratas sino por expertos de cada una de ellas y teniendo en cuenta la diferencias territoriales de nuestra Comunidad, pues cada zona debe crear sus algoritmos de decisión según sus concretas características y capacidades.

Es (y será) de suma importancia la claridad en los mensajes que transmitamos a los ciudadanos, informándoles de las causas de posponer la consulta o la exploración y una buena intercomunicación entre los profesionales y las autoridades. Se deben producir documentos “standard” que, con el apoyo de las sociedades científicas, sirvan para guiar las respuestas a pacientes y médicos peticionarios, lo que a buen seguro también evitará problemas legales.

Buena idea dentro de este complejo contexto (que las ha habido) ha sido el manifestar la potenciación y la relevancia de la medicina de atención primaria como fundamental en el control de la pandemia; además de resaltar su imprescindible labor a la hora de que funcione bien ese segundo escalón que es la atención especializada. Valorar prioridades menoscabando lo mínimo posible la calidad del servicio es ser eficientes, aunque estemos ante una tarea en la todavía queda mucho por hacer.

Por otra parte, quiero resaltar el peso y la utilidad que muchos de los profesionales médicos actualmente jubilados pueden, por el control y el conocimiento que el tiempo les ha dado, aportar a los actuales grupos de trabajo. El médico siempre sigue siendo médico y la experiencia en esta profesión es un valor fundamental.

Ahora, más que nunca, es momento de pensar en el día siguiente pero no con la mentalidad política del voto, sino mirando al futuro próximo de nuestra sanidad. Es el momento de aunar fuerzas y de pensar de verdad en la gente.