Generalitat valenciana
Compromís sella su ruptura con Ximo Puig
Los socialistas tratan de compensar a Oltra, alaban su figura y cargan contra la extrema derecha
Fue precisamente la ya ex vicepresidenta de la Generalitat valenciana, Mónica Oltra, la que acuñó una expresión en las semanas posteriores a las elecciones de mayo de 2015. En aquellos días en los que se negociaba elprimer gobierno de coalición de izquierdas en la Comunitat Valenciana repetía de manera incesante que primero sería el «qué»- en referencia a las políticas- luego vendría el «cómo» y por último el «quién». Así salía del paso cuando se le preguntaba quién iba a ser el presidente de la Generalitat.
Sin embargo, con la dimisión de Oltra se ha invertido el orden. Aitana Más, una joven ingeniera metida a política y de Iniciativa- del mismo partido de Oltra- será la que asuma las responsabilidades de la ex vicepresidenta.
Las preguntas ahora son: ¿Qué queda del Botànic?, ¿Cómo va a afrontar el año que queda de legislatura?
En el PSPV se han puesto manos a la obra para tratar de salvar la relación con su principal socio de Gobierno. La presión que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha ejercido sobre Oltra- siempre a través de los medios de comunicación- ha sido determinante para que la líder de Compromís diese el paso y anunciara su dimisión.
Puig apoyó este miércoles a la ex vicepresidenta y lo hizo con una contundencia que no había exhibido hasta el momento. Condenó la «instrumentalización de la Justicia por parte de la extrema derecha» al tiempo que dijo seguir defendiendo el «respeto a la Justicia, la presunción de inocencia» y la confianza en la palabra de Oltra.
También remarcó que la ex vicepresidenta había sido una persona clave para el cambio político, para la regeneración de las instituciones y para la mejora de la vida de los valencianos. «Por eso le agradezco su trabajo en estos siete años y la generosidad que ha demostrado. No todos los políticos son iguales». Del mismo modo, mostró su rechazo a los «ataques, insultos y amenazas que ha sufrido en los últimos días. Una sociedad democrática no admite esa falta de respeto».
Se sumó a la defensa de Oltra, la consellera de Justicia, Gabriela Bravo. Sus palabras cobran especial relevancia, pues fue la primera que mostró el camino que, bajo su punto de vista, debía seguir Oltra, incluso antes de ser imputada. Durante toda la jornada del miércoles todo fueron halagos para ella. Reconoció el «trabajo y papel» desempeñado por Mónica Oltra como vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas en los últimos siete años y remarcó que «una imputación no significa una condena».
Pero estas palabras, lejos de rebajar la tensión en Compromís, no han hecho más que echar leña a un fuego que seguirá quemando hectáreas de Botànic en lo que queda de legislatura.
El coportavoz de Compromís, Alberto Ibáñez, que también es asesor de la Conselleria de Políticas Inclusivas, echó en cara a Puig que no hubiera dado un «apoyo explícito» a Oltra. Si lo hubiera hecho, apuntó, quizás no hubiera tomado una decisión «tan extremadamente generosa».
Insistió además en que la líder de Compromís dimitió por «principios democráticos» y debida a las desconfianza existente entre la vicepresidenta y el presidente, «entre PSPV y Compromís».
En una extensa entrevista en el programa «Les Notícies del Matí» de À Punt, insistió en que la deslealtad con la que han actuado los socialistas valencianos no solo durante estos últimos meses, sino también cuando decidió adelantar las elecciones autonómicas para hacerlas coincidir con las nacionales y fue más lejos. Acusó a Ximo Puig de tener «tics presidencialistas» impropios de un Gobierno «plural».
Aunque no negó que la situación sea irreconciliable de cara a un nuevo pacto en 2023, sí dejó bien claro que el PSPV tiene que cambiar en muchos ámbitos para atender las prioridades de Compromís y las de la tercera pata del Botànic, Unides Podem.
«Le pido al PSPV valentía política, no pueden ser la oposición al Botànic» y también le reclamó un cambio en las relaciones. «No se debe confundir la lealtad institucional con el hecho de que cada partido exponga su postura sobre una determinada cuestión» porque tras esta fase se trata de «llegar a un punto de equilibrio».
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