Historia

El Ayuntamiento de Valencia resucita el monumento a Joaquín Sorolla en el barrio del Cabanyal

La composición fue arrasada por la riada en el año 1957

Imagen del primer monumento erigido a Joaquín Sorolla en la playa de Valencia
Imagen del primer monumento erigido a Joaquín Sorolla en la playa de ValenciaLa Razón

El Ayuntamiento de València ha encargado, con motivo del centenario del fallecimiento de Joaquín Sorolla (1863-1923), la elaboración de un estudio previo sobre el antiguo monumento en su honor para iniciar los trabajos técnicos necesarios para evaluar la viabilidad de su reconstrucción en la playa del Cabanyal.

Para la redacción de este estudio previo, la Sección de Arqueología del Ayuntamiento ha comenzado a recopilar toda la documentación disponible, tanto el proyecto firmado por el arquitecto Francisco Mora –autor material, entre otros edificios, del Mercado de Colón, el Palacio de la Exposición o de la propia Casa Consistorial, y de cuyo nacimiento se cumplirán en 2025 150 años– como cualquier otro plano, fotografía o información relacionados con el monumento.

Con carácter paralelo, trabaja también en la catalogación de la totalidad de las piezas que integraban el conjunto monumental que tenía dedicado Sorolla en El Cabanyal-Canyamelar, así como en el inventario de los restos que se conservan en la actualidad, todo ello acompañado de los estudios que acrediten la procedencia de los materiales y la autenticidad de los mismos.

El concejal José Luis Moreno ha asegurado que no hay mejor culminación a un año consagrado a la figura de Sorolla que el impulso de los trabajos preliminares para la reconstrucción de este monumento "en el escenario natural de las creaciones de quien llevó el nombre de València por el mundo y fue el mejor embajador de nuestra tierra".

"Un siglo después de su muerte, la obra del maestro de la luz no sólo no se ha depreciado ni ha caído en el olvido, sino que sigue despertando el mismo reconocimiento que gozó en vida del artista y sigue siendo objeto de numerosas exposiciones, investigaciones y publicaciones, tanto en España como más allá de nuestras fronteras", ha manifestado.

El legado artístico de Sorolla está formado por más de dos mil obras en las que elevó la cotidianeidad a la categoría de arte.

Años antes de su muerte, había expresado a su amigo Mariano Benlliure su deseo de que el busto de mármol que el escultor le había realizado formara parte de un monumento erigido en su honor frente al mar Mediterráneo.

La cesión al Ayuntamiento del busto de Sorolla, del que se ejecutaría una réplica en bronce, fue decisiva para iniciar el proyecto del nuevo monumento. La Academia de San Carlos sugirió que se utilizasen algunos de los valiosos restos arquitectónicos -columnas, basas y arquitrabes- procedentes de la Real Fábrica de Platería Martínez de Madrid, que, por mediación de Sorolla, se habían adquirido para el Palacio de las Bellas Artes que se quería construir en València.

Finalmente, en 1925 se encargó la redacción del proyecto del monumento a Sorolla al arquitecto municipal Francisco Mora pero quedó en suspenso hasta el verano de 1931, cuando el entonces alcalde, Agustín Trigo, solicitó de nuevo el proyecto.

En 1932, el Ayuntamiento de València acordó que se instalara en la playa de Levante el busto de Joaquín Sorolla, en el punto donde ejecutó su lienzo 'Triste herencia', y para las obras se reservó una partida de 15.000 pesetas en el presupuesto municipal.

El 7 de marzo de 1932, se colocó la primera piedra del monumento en la playa del Cabanyal, entre las antiguas Termas Victoria y el Asilo de Nuestra Señora del Carmen. Finalizadas las obras el 31 de diciembre del año 1933, se inauguró el monumento a Sorolla, con la presencia del hijo del pintor y el escultor Mariano Benlliure, entre otros.

A principios del año 1957, el monumento ya presentaba algunos signos de deterioro. No hubo tiempo de realizar ninguna intervención, ya que la riada de octubre de 1957 lo destruyó, arruinándose la columnata y la parte posterior del monumento.

En 1962, el Consistorio acordó su traslado a la plaza de la Armada Española -hoy de la Semana Santa Marinera-, y en 1974 se modificó ligeramente el monumento, incorporando a éste la portada del antiguo Banco Hispano Americano, con sede en Calle de las Barcas, cedida por esta entidad bancaria.

A mediados de los años setenta, se desmanteló lo que quedaba del antiguo monumento y los materiales derribados se depositaron en diversos emplazamientos municipales.