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Agricultura

Los cultivadores de arroz valencianos, hartos de las restricciones a fitosanitarios

La pyricularia se extiende desde la variedad Bomba a otras como L'Albufera y Jsendra al dispararse la humedad y afecta ya al 60% de parcelas de arroz valenciano

Los cultivadores de arroz valencianos, hartos de las restricciones a fitosanitarios La Razón

El arroz es, con el permiso de la naranja, el mayor santo y seña de la gastronomía de la Comunitat. Más allá de la paella valenciana está el "arroç al forn", por encima en muchos corazones valencianos de la paella, y miles de variedades con cada comarca con el suyo como el "arròs amb fesols i naps" más propio del interior de Valencia, el "arròs empedrao" conocido en el Alto Palancia en Castellón o el "arròs i gatet" propio de Santa Pola en Alicante.

Si algo caracteriza a todos estos platos es el orgullo de las variedades autóctona de arroces: puedes elegir Bomba, L’Albufera o Jsendra para hacerlos. Ahora, sin embargo, se podría decir que están "en peligro de extinción". Cada año, las enfermedades atacan con más dureza los arroces y las posibilidades de defenderse de estas están más limitadas por unas restricciones sanitarias que merman la producción.

Una de las más dañinas es la enfermedad de la pyricularia, un hongo muy agresivo que este año se esta extendido por los campos valencianos y afecta ya a alrededor del 60% de las parcelas de arroz de las variedades mencionadas.

"Ahora mismo en mi nave me marca un 95% de humedad, la pyricularia así se extiende fácilmente, hay parcelas donde ya me quedará en torno a un 10 o 20% de la producción", explica a LA RAZÓN José Pascual Fortea, agricultor y responsable de la sectorial del arroz de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). "El hongo búsqueda humedad y calor y cada vez las lluvias son más fuertes y las noches tienen temperaturas más altas. Lo habitual es estar ahora entre un 85 y 90% de humedad que es muy alto y si no dan autorizaciones excepcionales esto va a ser la ruina", añade.

Otros años, este hongo afectaba a la variedad Bomba, que el agricultor explica que ya "cultiva muy poca gente en la Comunitat y siempre en seco", como también hacen en el Delta del Ebro o Extremadura, donde ya en estas fechas están segando. El problema es que se ha extendido ahora a las otras variedades. "La variedad L’Albufera no cogía la pyricularia antes y ahora está a tope", asegura, y afirma que están teniendo que innovar con variedades nuevas, algunas de las cuales sí que están dando buenos resultados.

Controles excesivos

Los agricultores critican que desde comienzos de siglo las restricciones a fitosanitarios han reducido los activos disponibles a la mitad, pasando de 900 a menos de 470 productos. AVA-Asaja denuncia que "tan solo desde 2019 se han retirado 85 sustancias sin ofrecer alternativas que las sustituyan".

Una de ellas, de las más populares y efectivas, era el Triciclazol, prohibido en la Unión Europea en 2016 por motivos medioambientales y de posible afección a la salud. Sin embargo, un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó que hasta 0,09mg/kg es seguro para las personas y el Parlamento Europeo acabó que tumbar una propuesta de la Comisión Europea para permitir arroces de fuera importados con ese límite, en lugar del 0,01mg/kg todavía permitido.

Una pequeña victoria para los agricultores, que critican el doble rasero en Bruselas. "Se van a cargar la agricultura, no tienen sentido algunas políticas", lamenta Pascual.