Moda
Hortensia Maeso: “En el mundo de la moda es fácil morir de éxito”
Especializada en moda de ceremonia infantil, la diseñadora se está preparando ahora para abrir una línea de mujer
A Hortensia Maeso (Valencia, 1963) le han calificado muchas veces como un “ave fénix”. Ella, que ha renacido dos veces, se siente cómoda con el apelativo. Como todo el que pasa por situaciones difíciles, una parte de ella probablemente desearía no haber tenido que vivirlas y otra agradece el aprendizaje y la fortaleza de que le han dotado.
Aunque estudió Química y llegó a ejercer en un laboratorio de pinturas, después del nacimiento de su tercera hija le surgió la necesidad de acercarse de nuevo al “oficio materno”. Hoy dirige la firma que lleva su nombre y, aunque la mayor parte de su trabajo se ha dirigido a la moda infantil, en los últimos años ha irrumpido con fuerza en la moda de mujer y ha vestido a actrices como Paula Echevarría, Edurne o Berta Castanyé.
¿Cómo despierta esta vocación tardía por la moda?
Mi madre era diseñadora, costurera, sastre, incluso patronista: lo hacía prácticamente todo. De pequeña me enseñó algunas cosas, pero me decía: “no vales para esto”. Y era verdad: era mucho trabajo y yo intentaba hacer cosas que no eran “canónicas” o no se hacían así. No se me había pasado nunca por la cabeza dedicarme a su trabajo porqueyo no soy artesana, soy creativa.
Cuando nació mi hija pequeña cogí una excedencia y durante ese tiempo me fui dando cuenta de que lo que me gustaba era diseñar. Me pasaba el día “customizando” mi ropa y vistiendo de distintas formas a mis hijas, que las llevaba martirizadas... Lo que me gusta no es coser, sino crear, así que empecé a estudiar diseño de moda mientras las niñas estaban en el colegio.
Y poco después comenzó la aventura en los trajes de ceremonia infantiles.
Sí, empecé a diseñar trajes para Rubio Kids en 2005 casi como opción de supervivencia, cuando la moda de ceremonia infantil todavía estaba anclada al pasado. Los vestidos de novia ya habían empezado a cambiar, pero los infantiles seguían igual. Y ese fue, como quien dice, mi triunfo en ese momento: ser arriesgada y diseñar una colección innovadora.
Con el tiempo, hemos ido apostando por una moda que vaya de lo exclusivo a lo inclusivo: que el género, por ejemplo, no sea tan importante a la hora de vestir, porque hay niñas que no se quieren poner un vestido. Ha ido cambiando con el tiempo: antes, cuando venía una familia a por un traje, la última palabra solía tenerla la abuela -el “sponsor”- pero ahora los niños tienen más voz y se les escucha más.
Hábleme de su proceso creativo.
La primera inspiración es siempre la Prèmiere Vision de París, donde se presentan los tejidos para la siguiente campaña. Subconscientemente empiezo a crear con esos tejidos que voy viendo, aunque no me dé cuenta, y cuando llego a casa voy encontrando un hilo conductor, casi como si el tejido me fuera dictaminando el vestido. En mi mente siempre hay cosas en marcha, y no suelo tener ese vértigo al folio en blanco del que hablan muchos artistas y diseñadores. Es mucho más fluido.
¿Cómo definiría la moda?
A grandes rasgos, la moda es algo que pasa, que viene y va y vuelve a entrar. Pero para mí no es tan efímera: es lo que cada uno es capaz de expresar sobre sí mismo con su propio armario, aunque no se corresponda con lo que se está llevando en ese momento. Ofrece distintitas combinaciones, no es estática y abraza la creatividad.
¿Le gustaría que alguna de sus hijas continuara con la empresa?
Mi hija mayor es diseñadora y es la directora creativa de la firma. Se encarga de los desfiles, la fotografía, el diseño corporativo... Yo creo que es muy buena diseñadora de moda, pero de momento no quiere. Dice que mientras no diseñe, ella no quiere. Sé que la firma tendrá una continuidad muy cercana, así que estoy tranquila, porque es alguien que seguramente lo hará mejor que yo.
¿Cómo ha vivido la llegada del reconocimiento?
Es un camino que vas sembrando durante mucho tiempo y que aun así, cuando llega la cosecha, no te puedes creer del todo, porque de repente adquieres una notoriedad que no te esperas. Por otro lado, pienso en todos los años que he estado haciendo cosas diferentes y originales en la moda infantil y en que nunca ha llegado ese reconocimiento, porque es un ámbito que genera menos interés en los medios. Si hubiera empezado con la moda de mujer, puede que me hubiera llegado más rápido el reconocimiento, pero también es verdad que es fácil triunfar rápido y luego morir de éxito y desaparecer.
El reconocimiento de mi trabajo me ha llenado de una satisfacción y un orgullo increíbles. Gracias a lo que me ha pasado en los últimos tiempos he decidido apostar porque la filosofía de la marca se convierta en un “universo de ceremonias” tanto en trajes de niño y niña como de mujer.
¿Hay una renovación de la firma, entonces?
Vamos a presentar una nueva imagen y queremos potenciar los valores humanitarios de la marca. En la nueva web, que estamos preparando, ya aparecerá la línea de mujer, que funcionará mediante “pre-order”. Este modelo, en el que se produce únicamente lo que se va a vender, encaja con la sostenibilidad que estamos integrando en la marca.
Queremos mostrar el propósito de la firma, su personalidad y el carácter fuerte, para lo que estamos creando una nueva imagen corporativa. Apostamos por dar más color y fuerza a las colecciones, para romper también con esa imagen conservadora que se suele tener de este tipo de trajes. También tengo en mente crear una línea de hombre, dentro de este mismo concepto del “universo de la ceremonia”, pero con tiempo y paso por paso.
¿Cuál es el momento que más recuerda de su carrera?
El año pasado, cuando vestí a Berta Castañé para la gala de los Premios Feroz y fue nombrada como la mejor vestida. Salió en muchos medios, y la propia Berta me llamó para decirme cuánto había gustado el vestido... Fue tremendo. Los éxitos son muy bonitos, pero a veces junto con ellos llegan las expectativas y los miedos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar