Gastronomía

Maipi, 40 años de querencias gustativas y saberes futbolísticos

La excelencia del producto y la omnipresente solvencia de Gabi Serrano en la barra junto con la versatilidad culinaria de Pilar Costa forman una armónica simbiosis que atrapa al cliente

Gabi Serrano, su “feeling” hostelero y futbolístico es indudable con una mayoría de clientes de toda la vida
Gabi Serrano, su “feeling” hostelero y futbolístico es indudable con una mayoría de clientes de toda la vidaLa Razón

Consolidado el otoño nos sacudimos el tutelaje de la agenda gastronómica con el fin de oxigenar nuestros paladares y estimular la nostalgia futbolística gracias al concluyente recetario del Restaurante Maipi(C/ Maestro José Serrano, 1, Valencia). Por razones que sí vienen al caso, la coartada del 40º aniversario de este establecimiento, la sobremesa vivida se convierte en una misiva a los lazos que unen para siempre.

La presencia de históricos jugadores del Valencia en la celebración del aniversario y el repaso visual a las fotografías y carteles que decoran las paredes de este establecimiento, el fútbol es la otra pasión de Gabi Serrano, nos recuerda que el fútbol y la gastronomía enamoran porque a veces, convierten lo imposible en posible y siempre se tiene la posibilidad de enmendar los errores y multiplicar los aciertos. Soñar vale la pena.

Acreditado el delirio ocular tras asomarse por la barra y observar el cromatismo exultante de mariscos, carnes y pescados. Intuición y autenticidad profesional transitan por la barra mientras se genera empatía natural sin descanso al observar las propuestas que derivan en una extraordinaria solvencia. Maipi es una barra con estrella. No es uno de esos solemnes establecimientos donde parece que nunca pasa nada.

Los platos favoritos se abalanzan sobre nuestros paladares y como tal actuamos en consecuencia. Vamos con el relato. La excelente ensaladilla rusa y el ajo arriero nos intimidan, desde el saque inicial, en el kilómetro cero de la comida, ante lo que está por llegar. En su quehacer opera un saludable fuego cruzado de entradas como las anchoas del cantábrico, el tomate valenciano con ventresca y el aguacate relleno de marisco.

Bajo una extensa bandera marinera se puede enlazar con el marisco fresco del día: quisquilla, cigala, gamba y «cañailla» un acierto, sabores que van y vienen con ese «reposado» vaivén de esta barra, mientras nos convertimos en «apropiacionistas» y devotos al probar las conseguidas y variadas croquetas.

A veces, se impone con claridad el litoral, otras no olvidan la tierra, mientras nos llegan dos sorpresas en forma de manitas de cerdo y albóndigas de carne. Tras el primer contacto también se establecen lazos afectivos sobre un incuestionable rabo de toro.

Sin duda, es un buen propósito no quedarse solo en lectura de los platos con los que más nos identificamos. Resulta iluminador reconocer una variedad activa y agitada en su carta de platos de cuchara de manera cotidiana. No debemos olvidar que corremos el riesgo de incurrir en prejuicios y descuidos, al emitir nuestro parecer, si obviamos las carnes a la plancha: solomillo de buey y las chuletas de cordero platos que rivalizan entre ellos. La elocuencia culinaria no cambia, desde su inauguración en 1983, mientras permanece la legitimidad gustativa bajo el empeño culinario de Pilar Costa.

El atún rojo con pisto y la chistorra, patatas y huevos de codorniz son un heraldo continuado de estímulos permanentes. Ni siquiera, a veces, el tamaño del local ofrece ningún motivo para la renuncia. Su elección es clave para el guion perfecto. Nos quedamos con una certeza indiscutible. Pocas barras ofrecen tanto y tan bien. Excelencia y calidad endémicas con infinitas realidades.

El futbol y la gastronomía convierten lo imposible en posible. El mítico Ricardo Arias y Gabi Serrano en el interior de la barra
El futbol y la gastronomía convierten lo imposible en posible. El mítico Ricardo Arias y Gabi Serrano en el interior de la barra La Razón

Barra de producto, entusiasta y reveladora. Argumentada, diariamente, por las circunstancias del mercado y los productos de temporada como las alcachofas con morcilla. La excelencia de las frituras y la calidad del pescado no son dos características disociadas, sino complementarias. Guardando siempre las formas culinarias, sin dar jamás un paso en falso, se embarcan cotidianamente en un viaje culinario de largo recorrido con un claro destino, la satisfacción de sus clientes.

La autenticidad se expande a lo largo y ancho de la barra. Su «feeling» culinario y futbolístico es indudable con una mayoría de clientes de toda la vida. Jornadas (im)previstas que superan todas las expectativas.

Volver a los orígenes, al punto de inicio, donde todo comenzó, suele ser una buena manera de encontrar la inspiración. La sobremesa nos hace reflexionar sobre el antes y el ahora. Cientos de recuerdos se agolpan en la memoria de Gabi Serrano, después de cumplir con los obligados débitos se agudizan los saberes futbolísticos durante la posterior tertulia. Pero eso es otra historia.

Tenemos que engrandecer y valorar la biografía de estas barras para afrontar nuestra propia existencia gastrónoma porque el resultado sí importa. Maipi, cuarenta años de querencias gustativas y saberes futbolísticos.