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Cultura

Ruiz-Manjón y los 1.007 diputados «de segunda fila»

El historiador ingresó ayer en la RAH con la lectura de un discurso sobre los diputados de la Segunda República española

Octavio Ruiz-Manjón durante la lectura de su discurso de entrada a la RAH
Octavio Ruiz-Manjón durante la lectura de su discurso de entrada a la RAHRuben mondelo .La razon .

El 29 de marzo de 2019, la Real Academia de la Historia elegía a Octavio Ruiz-Manjón (Córdoba, 1945) para cubrir la vacante de la medalla nº. 10 producida por el fallecimiento de Luis Miguel Enciso Recio. Ayer ingresó el nuevo académico con la lectura del discurso «En la búsqueda del individuo. De los que fueron diputados en los años de la Segunda República española (1931-1939)», contestado en nombre de la corporación por Juan Pablo Fusi. Ruiz-Manjón, un especialista en el republicanismo español del primer tercio del siglo XX, comenzó afirmando que «desde hace algunos años es patente el interés de los historiadores y lectores de Historia por conocer las muchas experiencias individuales que se entrecruzan en cualquier acontecimiento. Hace mucho tiempo que la Historia dejó de ser el relato de los “grandes hombres” en beneficio del conocimiento de individuos que ayudan a comprender la complejidad de muchos procesos», de ahí que la idea de fondo de su discurso sea «la búsqueda del individuo» y centrarse «en lo que podríamos llamar políticos de segundo orden, que han sido los 1.007 diputados que actuaron en las Cortes de la Segunda República, sumando las tres elecciones generales que se celebraron».

La primera idea de Ruiz-Manjón es que en las Cortes republicanas se produjo «una profunda renovación de la clase política, 861 diputados (un 85,5% del total) debutaron en la vida parlamentaria porque la mayoría de diputados de la Monarquía desaparecieron. Otra novedad –apuntó el nuevo académico– fue «la aparición por primera vez de mujeres en el Congreso, incluso antes de conseguir el derecho de voto que les confirió la Constitución de 1931. Se dio la paradoja de que las mujeres podían ser elegidas, pero ellas no podían votar y fueron elegidas por hombres. Solo hubo nueve –señaló Ruiz-Manjón–, pero muy significativas. Victoria Kent, Clara Campoamor, Margarita Nelken o La Pasionaria abrieron una brecha que se consolidaría posteriormente». También fue significativa la presencia de sacerdotes: «En total once, que, en líneas generales, se situaron en posiciones conservadoras. Es curioso –reseñó– que en una República con fama de anticlerical reaparecieran curas en el Parlamento después de años».

¿Qué pasó con ellos?

El discurso se cerró con un capítulo sobre la pregunta sobre qué les pasó a estos diputados durante la Guerra Civil y después de ella. Una reflexión sobre el trágico destino que les aguardó a muchos de ellos. «Víctimas directas de la violencia desatada entonces fueron 183 diputados (un 18% del total). De ellos, 149 eran asesinados durante la guerra, casi al 50% de cada bando. A ellos habría que sumar 34 más, víctimas de la represión posterior». Pero el sufrimiento no se detuvo ahí «porque gran parte de aquellos diputados tuvieron que exiliarse. Unos 250 murieron fuera y otros volvieron a España aún viviendo Franco. Una experiencia que, en todo caso, marcó una página muy reveladora del pasado histórico de España», concluyó.