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Música

Mad Cool vibra con la ópera eléctrica de Muse y tiembla con dos apagones

El festival madrileño inaugura su edición de 2025 con éxito organizativo y el borrón técnico de las actuaciones de Iggy Pop y Gracie Adams

Muse actúa en la primera jornada de Mad Cool 2025 en el recinto Iberdrola Music, a 10 de julio de 2025, en Madrid (España). La banda británica es cabeza de cartel del festival Mad Cool 2025 y actúa hoy con un potente show de rock alternativo, repasando éxitos como “Plug In Baby” y “Knights of Cydonia”. El festival, que arranca hoy en Madrid, reúne a leyendas y nuevas promesas en cuatro días de música, consolidándose como cita imprescindible del verano europeo. Ricardo Rubio / Europa Press 1...
Muse actúa en Mad Cool 2025Ricardo RubioEuropa Press

Como si de una sucesión de arias operísticas se tratase, el rock de estadios de Muse electrificó la jornada inaugural de Mad Cool. Con una potencia sonora avasalladora, los de Matt Bellamy se presentaron en el festival madrileño a golpe de un torrente sonoro épico y poderoso. Llegaban los británicos como reemplazo de Kings Of Leon, que han suspendido su gira por razones médicas, y, cosas del destino, a veces los infortunios traen regalos. A lomos de su característico dramatismo, digno de una orquesta sinfónica y eléctrica, elevaron al festival con una sucesión de hits instantáneos y con un poder de sobra conocido. La primera jornada del festival, eso sí, se vio emborronada por los problemas técnicos. Resulta curioso que un festival que ha vivido todo tipo de vicisitudes haya abierto una nueva carpeta de infortunios en su octava edición, en la que la electricidad le jugó dos malas pasadas, con sendos cortes de energía durante los conciertos de Gracie Adams e Iggy Pop.

Muse actúa en Mad Cool 2025
Muse actúa en Mad Cool 2025Ricardo RubioEuropa Press

Bellamy apenas tuvo que dirigirse a la audiencia. El poder melodramático de sus temas configuraba un relato de capítulos finales de temporada, una sucesión de puntos álgidos. Porque, como decíamos, el repertorio de Muse funciona como una ópera pero sin las fases aburridas, solo cantando esas partes en las que alguien resulta envenenado o apuñalado por su amante o su hermano. Cargan las tintas en temas en los que Bellamy cruza la línea entre el falsete y el agudo de soprano como quien pasa del sol a la sombra. No es esto nada que le quite valor a su música, más bien al contrario: vencen por KO, golean ante el público más disperso. Convencieron, anoche, al más escéptico a puñetazos que ni Toupuria: “Supermassive Black Hole”, “Hysteria”, “Uprising” o “Time is Running Out” sonaron encadenados hasta el paroxismo final. No hacían falta fuegos artificiales, pero, aún así, los hubo para mayor convicción.

Muse actúa en Mad Cool 2025
Muse actúa en Mad Cool 2025Ricardo RubioEuropa Press

Muse no dieron tregua y el sonido fue impecable, espantando los malos augurios del arranque de la primera jornada, cuando Iggy Pop ingresó en el escenario a pecho descubierto, soltando un alarido… pero… sin sonido en el micro. Bromeó con la audiencia, se rebanó simbólicamente la garganta y paseó su cojera por el quicio de la tarima durante unos interminables segundos. El sonido no aparecía y él bailaba flamenco esperando su rescate. La Iguana saludaba y hacía gestos obscenos para solaz e incredulidad de los miles que esperaban su rabia punk rocker. Toda la banda se retiró culminando un interruptus con pinta de catastrófico cuando, pasados 20 minutos, la electricidad no se restablecía.

Iggy Pop actúa en Mad Cool 2025
Iggy Pop actúa en Mad Cool 2025Ricardo RubioEuropa Press

James Newell Ostenberg, de 78 años, se presentaba solo en la escena, ejecutaba una coreografía libre hasta que, por fin, el líder de los Stooges entregaba “Raw Power”. A los pocos minutos y gracias a “The Passenger” seguida de “Lust For Life” se obró el milagro de la amnesia. Iggy, sin remilgos de "estrellitis" como corresponde a una leyenda del punk, se sobrepuso a los contratiempos con la normalidad de quien actúa en una casa okupa.

Iggy Pop actúa en Mad Cool 2025
Iggy Pop actúa en Mad Cool 2025Ricardo RubioEuropa Press

Cuando el sol de la tarde todavía arreciaba inclemente sobre la pradera de plástico de Mad Cool, aparecía sobre el escenario Gracie Abrams, la nueva y jovencísima promesa del pop. Ante ella, en las primeras filas se arracimaban las asistentes más jóvenes y apasionadas fans del nuevo fenómeno, una especie de cantautora moderna que envida todas las fichas a los sentimientos. Con la fama ganada a pulso de viralidad digital, Abrams carga con el peso del apellido, uno de los más potentes de la industria audiovisual mundial. Ella es, en efecto, hija de J. J. Abrams, creador de “Lost”, revitalizador de “Star Trek” y de “Star Wars” y de la productora Katie McGrath. La jovencísima estrella del pop (25 años) ha crecido amadrinada por Taylor Swift y Olivia Rodrigo, quienes han contado con ella de talonera y con quienes comparte coordenadas sentimentales. Quizás por ello sus canciones resulten algo convencionales, sin discutir su talento interpretativo, pero ayer, en la sartén de Villaverde, casi Getafe, se quedaban cortas para derribar al fantasma que la persigue: el de ser algo más que una “nepobaby”. Talento tiene, y tiempo para demostrar lo contrario. La joven aspirante a superestrella también sufrió los rigores de la mala electricidad en el recinto, irónicamente llamado Iberdrola Music. Ella demostró la pasta de la que está hecha interpretando en acústico para sus fans más rigurosas.

Primera jornada del festival MAD COOL
Primera jornada del festival MAD COOLFERNANDO VILLARAgencia EFE

Nos prometieron más sombra y no diremos que no hay, pero han sido “implementadas” de forma cicatera. Con el sol en la pupila salió el talentosísimo Conor Oberst al frente Bright Eyes, música para otros paladares. Seis músicos tocando en directo, sin las programaciones algo manidas de Gracie Abrams, y un estilo personalísimo que celebran el gusto de Mad Cool en cuanto a la “clase media” de su programa, habitualmente fuera de los focos, pero que es menester subrayar. Oberst y los suyos congraciaron a unos pocos centenares con un repertorio hecho desde los huesos y las vísceras, escaso de efectos, pero armado de verdad y turbulencias. Mad Cool vibró y tembló. No ganamos para sustos.