Crítica de “Las letras de Jordi”: Esas manos que hablan ★★★★✩

Directora: Maider Fernández Iriarte. Guión: M. Fernández Iriarte y Virginia García del Pino. Fotografía: M. F. Iriarte y Carlos Muñoz Gómez-Quintero. España, 2019. Duración: 70 minutos. Documental.

Primero conoces a Jordi por sus manos, que ya evidencian la parálisis cerebral que sufre desde que nació hace 51 años. Se mueven despacio sobre una cartulina en la que aparecen todas las letras, algún que otro signo ortográfico y números.

A Jordi le gusta hablar, hablar mucho sin palabras, señalando con el dedo, formándolas en la voz de Maider Fernández Iriarte, la directora de este filme sobre una amistad, la de Jordi y ella. Cuando era joven, el chico sintió que Dios le hablaba por primera vez.

Pero, actualmente, cuando deja la casa familiar para mudarse a una residencia (los padres ya son ancianos), no siente la presencia divina, y ese silencio provoca en Jordi un vacío doloroso. Un viaje a Lourdes junto con la realizadora quizá le sirva para recuperar la fe entre decenas de velas y peregrinos devotos.

Con una tremenda naturalidad, la película muestra este hermoso vínculo afectivo, pero también nos habla de una necesidad humana e imperiosa de comunicarnos, confesarnos, aunque sea uniendo lentamente cada letra. Solo hay que querer a quien la señala.