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“365 días”, la “50 sombras de Grey” polaca que fomenta la violación

El filme ha desatado la polémica con su llegada a la plataforma, que, eso sí, ha consechado un éxito de audiencia, aunque no tanto de crítica

Anna-Maria Sieklucka y Michele Morrone en "365 días"
Anna-Maria Sieklucka y Michele Morrone en "365 días"La RazónLa Razón

“Violencia sexual”. Netflix no engaña a nadie. Según le das al play para ver “356 días”, el cartelón se despliega y te dice más o menos de qué va el rollo. Una cinta solo apta para mayores de 18. “Lenguaje obsceno”, “desnudez”, “sexo explícito”, bla, bla, bla... Nada que deba alertar a un tipo/a que se considere una mente abierta. Pero dentro de esa doble moral que nos obliga a contradecirnos en cada paso, ha llegado a la plataforma la “50 sombras de Grey” polaca: “365 dni”, en su título original. Todo un exitazo en España, al igual que en otros tantos países por los que ha ido pasando. Número uno en visitas.

A esta adaptación del libro de Blanka Lipińska (del mismo nombre) también se la podría denominar la “Pretty Woman” polaca, por una escena en la que se la lleva de compras para “conquistarla”, aunque no es este el punto más comprometido, ni mucho menos, del largometraje dirigido por Barbara Białowąs. La liebre ha saltado simplemente por su argumento, que, resumido, viene a ser algo así como un jefe de la mafia, Massimo (interpretado por Michele Morrone), que se encapricha de una chica y se marca el objetivo, reto, llámenlo como quieran, de enamorar a la joven Laura (Anna-Maria Sieklucka).

Lástima que sus maneras no sean ya las del hombre idílico del “neofeminismo”, sino que ni siquiera encajan en las del galán de finales del franquismo o en las del machirulo de tirarse al sofá y decir aquello de “chiqui, trae una cerveza fría”. El juego es sencillo, él la secuestra para, en un margen de “365 días”, robarle el corazón. Dicho así, el final puede sonar hasta “romántico” (otra de las categorías en la que la engloba Netflix), pero lo que esconde la obra es un sinfín de “violaciones”.

Así lo denuncian asociaciones como Pro Empower, que ya ha sacado un comunicado en el que pide a la plataforma digital que destaque que “la película podría alimentar la cultura de la violación y que consideréis la posibilidad de eliminar la cinta por completo (...) Lo que encontramos son actos de abuso sexual, control coercitivo, masculinidad tóxica y síndrome de Estocolmo; por nombrar solo unos pocos”, firman.

Ahí radica la controversia de una cinta que, además y a pesar de las visitas, no recoge las mejores puntuaciones. Para el “Times”, “no había diálogos más pobres desde el tercer acto de ‘The Room’”. No falta razón. En un juego entre el lujo excesivo, los límites de la ley (que se pasaron hace rato), el morbo y una pasión oculta que la protagonista debe descubrir en cualquier momento del secuestro, el mafioso se arranca: “Haré lo que quiera contigo”, dice mientras mantiene atada a su “presa”. Y continúa: “Cada vez que te mueves se ensancha más y más”. Imaginen el qué. En esa línea se mueve una cinta que para Rotten Tomatoes cosecha un rotundo 0%.