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Arte

Van der Goes acaba con una carencia del Prado

La pinacoteca ha adquirido la pintura del artista flamenco «Calvario con santos y donantes» por 1,6 millones de euros

«Calvario con santos y donantes», del pintor flamenco Hugo van der Goes
«Calvario con santos y donantes», del pintor flamenco Hugo van der GoesAlberto Otero HerranzLa Razón

El Prado presentará en los próximos días una obra de singular importancia. Se trata de una tabla flamenca del siglo XV. Singular por su rareza –apenas se conocen una docena de obras de Hugo Van der Goes (Gante, 1440-Auderghem, 1482)– y también porque viene a llenar una de las lagunas de la pinacoteca. Es verdad que la obra no está aún atribuida formalmente al pintor de Gante, pero su altísima calidad la sitúa muy cerca del maestro. Y respecto a las lagunas, y pese a tener una de las mejores colecciones de primitivos flamencos, es sabido que el Prado poseía dos carencias significativas: Jan Van Eyck y Hugo Van der Goes. Es verdad que la reciente restauración de «La Fuente de la Gracia», del taller del primero, vino a paliar en parte una de esas ausencias, pero la escasez de obras conservadas del segundo se antojaba harto difícil de suplir, sobre todo, después de la enorme pérdida que supuso la venta de «La Adoración de los Magos» al Museo de Berlín en 1913.

Este «Calvario con santos y donantes» ha podido ser adquirido gracias a que el Estado ejerció el derecho de tanteo ante la pretensión de sus propietarios, una familia que conservaba la pieza desde hace décadas, de exportarla al extranjero. El precio pagado, 1.600.000 euros, resulta más que razonable, sobre todo teniendo en cuenta que hace unos años participó en una exposición en EE UU donde se valoró entre 8 y 10 millones de dólares. El Estado y el Prado sumaron fuerzas en estos tiempos de dificultad, y la familia ha aceptado que el precio sea abonado en dos anualidades: la primera corresponderá al Ministerio de Cultura y la segunda la hará efectiva la pinacoteca.

La tabla tiene unas dimensiones considerables: 122 x 134 cms. Cristo en la cruz, la Virgen María y san Juan Evangelista están flanqueados por san Jerónimo, Santiago Apóstol, María Magdalena y santa Marta, que apadrinan a nueve donantes divididos en dos grupos de hombres y mujeres. La escena se sitúa en un amplio y luminoso paisaje donde Jerusalén parece convertirse en una urbe de los Países Bajos, puerto fluvial incluido. La serenidad de los rostros y paisaje y la calidad de las telas contrastan con la fuerza expresiva del Cristo y también de algunos de los santos patronos de los donantes.

Como señala la revista «Ars Magazine», que ha dado a conocer la adquisición, la tabla apareció en la exposición Santiago en el Arte celebrada en Madrid en 1954. Pero fue Elisa Bermejo en su monografía «La pintura de los primitivos flamencos en España» la que devolvió su autoría al círculo de Van der Goes después de que Pauwels la vinculara con Justo de Gante (1410-1480). La propia Bermejo llegó a pensar que se trataba de una obra autógrafa del maestro al establecer comparaciones con el «Tríptico Portinari» de los Uffizi que aun hoy resultan evidentes.

Los futuros estudios técnicos y la investigación sobre su procedencia añadirán nuevos datos que permitirán clarificar la autoría. Pero, sea cual sea el resultado, no variarán la calidad de una pieza que no podía haber encontrado mejor lugar y compañía que el Museo del Prado.