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Música "tex-mex"

Selena, la trágica estrella latina que fue asesinada por la presidenta de su club de fans

La cantante nacida en Texas (EE UU) fue un icono de la cultura fronteriza y su vida la interpretó una joven llamada Jennifer López en el cine

La actriz Christian Serratos, en el papel de Selena Quintanilla, durante un episodio de la primera temporada de la serie "Selena". La vida de la joven estadounidense, hija de una familia humilde de migrantes mexicanos, que se convirtió en un icono para el mundo latino, fascinó a una generación de mujeres
La actriz Christian Serratos, en el papel de Selena Quintanilla, durante un episodio de la primera temporada de la serie "Selena". La vida de la joven estadounidense, hija de una familia humilde de migrantes mexicanos, que se convirtió en un icono para el mundo latino, fascinó a una generación de mujeresNetflixEFE

Tenía solo 23 años y ya era la reina del Tex-Mex, denominación con la que se hace referencia especialmente a un tipo de comida, pero también a la cultura fronteriza que se comparte en una región separada por una frontera, la del Río Bravo, que también posee una música autóctona con un pie en México y con otro en Texas (Estados Unidos). Selena Quintanilla-Pérez nació en Lake Jackson, Texas, en 1971. Su padre era un músico retirado que había emigrado a Estados Unidos para ganarse la vida y pronto vio el talento de la pequeña, que soñaba con ser estrella en inglés, pero Abraham, su progenitor, le inculcó la tradición de la cumbia y la ranchera, y por lo tanto, el español. Selena ganó un Grammy y estaba a punto de saltar al mercado anglosajón cuando fue disparada con un revólver calibre 38 por la que se había convertido en la presidenta de su club de fans. Su historia, la de una chica humilde, hija de inmigrantes que rompe las barreras para las mujeres latinas en la música, la recuerda una serie que acaba de estrenar Netflix.

Sin embargo, cuando Selena cantaba en el restaurante mexicano de su padre con sus dos hermanos Suzette y Abraham III al bajo y la batería para amenizar las cenas, ella cantaba las letras en español fonéticamente. La crisis económica acabó con el negocio y la familia al completo se muda a Corpus Christi, también en Texas, buscando un nuevo comienzo. Y allí es donde el grupo familiar, llamado Selena y los Dinos, comienza a dar algo de dinerillo al hogar en las reuniones comunitarias. Los conciertos empiezan a multiplicarse y, en una decisión complicada, el padre de familia, que siente que su hija “lo tiene”, la saca de la escuela. Selena, que no dominaba el español, representaba el desarraigo de los inmigrantes, que no pertenecen plenamente al país que abandonan ni al que les acoge. Era, como se conoce despectivamente en el sur de la frontera a los mexicanos asimilados a la cultura estadounidense, una “pocha”.

Graban varios discos pero la industria ignora una fórmula que presenta un estilo mestizo, inmigrante y liderado por una mujer. Sin embargo, un ejecutivo de la “división latina” de EMI en 1989, tras más de diez años sin dejar de intentarlo, la “descubre” y triunfa en los Tejano Awards. Una año después publica “Ven conmigo” que logra un gran éxito en México, logrando triple platino y es entonces cuando aparece una aficionada, Yolanda Saldívar, que le propone fundar su club de fans oficial en san Antonio (Texas) y el club logra tanto éxito que ella se convierte en una amiga cercana de la familia. En 1992 lanzó “Entre a mi mundo”, que alcanzó el número uno en el top Billboard Regional Mexicano, durante ocho meses consecutivos. Después, “Live!” de 1993 ganó un Grammy por mejor álbum de música mexicano-estadounidense, convirtiéndose así en la primera artista de estilo musical tejano en ganar uno.

La artista empieza a ser muy popular y abre una cadena de tiendas, llamadas “Selena Etcétera”, y a diseñar su nueva línea de ropa. “Amor prohibido”, de 1994, convierte definitivamente en la reina de la música tejana con canciones en español que ella agradece a los fans en inglés. Sin embargo, no tiene capacidad de llevar todos los negocios, el discográfico y el de la moda, simultáneamente, así que confía en Saldívar, la gran fan. Fue administrada para administrar las boutiques y dada su responsabilidad, se muda de San Antonio cerca de la casa de Selena. Saldívar, 11 años mayor que Selena, la llama “su hija”.

Entonces surgen los problemas: Saldívar empieza a despedir a empleados caprichosamente, a portarse como una déspota. Ante algunos avisos anónimos, el padre de Selena investiga las denuncias de los empleados y descubre que había robado 60.000 dólares de las boutiques y del club de fans. La enfrenta y le pide los registros contables, pero Selena ignora las advertencias. Sin embargo, un tiempo después, en 1995, le vuelve a preguntar por el asunto y acuerda una cita con ella en el hotel donde se aloja. Tras volver a requerirle los documentos, Saldívar saca un revólver y le dispara en el hombro derecho cuando Selena trata de huir. La artista llega al vestíbulo arrastrándose y dejando un enorme reguero de sangre, y cuando la policía se presenta alertada por el sonido de un disparo, ella es capaz de decir el nombre de su asesina antes de fallecer de un paro cardíaco. Saldívar fue detenida por la Policía tras nueve horas atrincherada contra la Policía dentro de su camioneta, en la que amenazaba con suicidarse. Desde entonces está condenada a cadena perpetua.

Su muerte impactó a la comunidad latina y a la opinión pública en general. Fue aclamada como una de las artistas latina con más influencia del momento por su trabajo rompiendo las barreras para los artistas hispanos, particularmente las mujeres. Su último álbum, “Dreaming of You”, que fue lanzado póstumamente en 1995 y en inglés, fue uno de los álbumes más vendidos del año. En 1997, Warner llevó la historia al cine y una jovencita llamada Jennifer López personificó a la cantante.