Innovar es destacar y, en la literatura, aunque complejo, es un paso más hacia el triunfo. Así lo ve Luz Gabás, partidaria de que ningún autor debería anclarse en un mismo sello y defensora de que, para que un libro le acompañe siempre, debe ser instructivo, entretenido y emocionante. Auténtica entusiasta del universo de la escritura, en él destaca con títulos como «Palmeras en la nieve» (2012), «Como fuego en el hielo» (2015) y «El latido de la tierra» (2019). «Cuando me preguntan por mi novela favorita siempre elijo una del siglo XIX, pero esta vez quise pensar en algo actual, que verdaderamente me haya llamado la atención», explica.

–¿Qué libro es?

–«La bruma verde», de Gonzalo Giner.

–¿Por qué?

–Porque el autor ha demostrado cómo ha sido capaz de dar un giro. Gonzalo escribía novela histórica y, de repente, publicó esta obra, más bien ecologista. Ese cambio me gusta mucho. Giner dice en la nota del autor: «Hay novelas que se meten en tu vida sin llamar. Entran en tu interior a codazo limpio e inunda tu cabeza a borbotones». «La bruma verde» ha sido una de ellas. Por otro lado, me gusta porque es una novela diferente, actual, que abre debate. La acción sucede en el Congo y enseña cosas que yo desconocía.

–¿Por ejemplo?

–Con personajes muy verosímiles y a ctuales, habla de la problemática de perder la selva del Congo y de las turberas: si se extrae una turba de forma descontrolada se podrían liberar a la atmósfera una cantidad de gases enorme. Básicamente, el mensaje es que «protegiendo la selva, nos protegemos a nosotros». ¿Qué me importa a mí la selva del Congo? Me preguntaba, y de repente comprendí la influencia directa que tiene sobre nuestra vida diaria. El libro es un canto a la naturaleza en el que Gonzalo ha conseguido enseñar, entretener y conmover.

–¿Cómo ha cambiado su actitud ante la naturaleza?

–No soy veterinaria, como Giner, pero sí vivo en el campo, me gustan mucho los animales y siempre me ha gustado el contacto directo con la naturaleza. «La bruma verde» me ha enseñado a no fijarme solo en mi tierra, sino que el mundo es global, para lo bueno como para lo malo.

–¿Cómo es mejor informarnos sobre el medio ambiente?

–Descubrir estos peligros es una de las partes útiles de la literatura. Hay tanto por y para leer que no podemos llegar a todo, te crea una especie de ansiedad. Entonces, trabajos como el de Giner, que recopila la información, la disuelve y la presenta, es una forma de aprender. Para mi su obra ha sido una clase y, claro, escrita por él, que es veterinario y demuestra gran pasión por lo que conoce, hace que sea una novela con alma.

–¿A quién regalaría el libro?

–A cualquier tipo de lector. Es otro punto a favor del libro. No tiene edad, puede ser para jóvenes, porque ellos están muy preocupados por la cuestión del medio ambiente. O alguien mayor, hombre o mujer. A todo a quien se lo he recomendado me ha disfrutado y le ha hecho reflexionar. Es un libro global, que funciona como un medicamento de amplio espectro.

–Un Premio de Novela Fernando Lara 2020 merecido...

–Pero bien merecido. Ha sido una novela reveladora para mí. Y difícil de escribir, aunque, para toda la información que ha debido manejar para su creación, está muy bien disuelta.