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«“La reina triste” es una pasada y está preciosamente escrita»

Veterinario de profesión, es ganador del Premio de Novela Fernando Lara 2020 y gran lector y autor de género histórico
La RazónGonzalo Giner

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Sin necesidad de contacto visual, tan solo escuchando su voz a través de una conversación telefónica, se percibe con claridad la pasión que Gonzalo Giner siente hacia la literatura. Veterinario de profesión, es un autor de renombre de España: desde que se dio a conocer con «La cuarta alianza» (2004), ha seguido satisfaciendo los ojos de sus lectores, pasando por el triunfo de «El sanador de caballos» (2008) y por ser ganador del Premio de Novela Fernando Lara 2020, por «La bruma verde» (Planeta). Pero, ante todo, Giner es un gran lector y un hombre que disfruta con la verdad, se emociona con lo injusto y proclama la inocencia de lo humano.
–¿Cuál es su libro preferido?
–«La reina triste», de José Miguel Carrillo de Albornoz. Es una pasada. Una novela histórica cuya protagonista principal es Catalina de Aragón, la hija menor de los Reyes Católicos, a quien casan con Enrique VIII de Inglaterra. Está preciosamente escrita. Soy novelista de histórica y me da envidia, porque cuenta tan bien todo lo que pasa... Catalina fue una reina muy poco conocida y que lo pasó fatal. La enviaron a Inglaterra, muy joven, de donde nunca volvió, vivió una época encerrada en un castillo porque su marido le engañaba... Es una historia muy bonita.
–¿Qué aspecto le atrapó desde el principio?
–La magia de los libros, sobre todos los de género histórico, es que sean capaces de trasladarte a otra época como si tú la estuvieses viviendo. Esta novela se narra de una manera realista aquel periodo en el que el Reino de Castilla era el lugar con más prestigio de Europa, mientras que la corona inglesa sufría problemas de todo tipo. Por eso quería casar a uno de sus hijos con una princesa castellana.
–¿Es su época preferida de la Historia de España?
–Nuestra historia está aún por descubrir. Ahí quiero hacer una queja colectiva: hemos tenido una especie de leyenda negra que han creado los ingleses y franceses, países que han sido enemigos históricos de España. Y no es justo. Habremos cometido herrores, como todos, pero hemos sido un ejemplo de simbiosis. De intentar sacar lo mejor de cada cultura.
–En el extranjero se celebra el pasado, pero en España se lamenta, ¿por qué?
–Es difícil de entender. Parece que somos tontos. No nos creemos lo que hemos hecho, pero sí lo que nos dicen los demás. Hay datos que demuestran la importancia de nuestro país y que somos capaces de ser competitivos haciendo las cosas bien. Nuestra capacidad en lo social y estructural, desde hace muchos siglos, ha demostrado que no somos un país más en el mundo. No somos los mejores, pero tampoco los peores.
–Vivimos en uno de los países más afectados por la pandemia, ¿eso nos da más razones para autodestruirnos?
–Yo vivo en el mundo real, no en el de la política. Trabajo cada día con ganaderos, empresas, negocios que pagan facturas e impuestos. La vida política de este país cada vez tiene menos que ver con la calidad humana de la gente. Tenemos a personas en el poder que no merecemos.
–¿A quién le diría «siéntese a leer “La reina triste”»?
–Encaja perfectamente con todo el mundo. Es muy sencillo de leer y lo recomiendo desde a gente que le guste la novela histórica hasta quienes prefieran un thriller. La vida de Catalina de Aragón podría ser una película, tiene todos los ingredientes.

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