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El día en que Charles Bukowski dejó la bebida

Hoy se cumplen 27 años de la muerte del autor, símbolo del “realismo sucio” y creador de obras como “Factótum” o “Mujeres”
Antenne 2La Razón

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Eran la decadencia de sus palabras y lo inaceptable de sus pasiones lo que hicieron de Charles Bukowski un icono de la literatura estadounidense. El autor, maldito para algunos y de embriagadora narrativa para otros, escribió sobre la pobreza y el odio, sobre la prostitución y el alcohol, sobre el fracaso del vago, el romanticismo del solitario y la suciedad del sexo. Reflejó en sus obras su tormento respecto a la sociedad de su época, así como era firme a la idea de que “si eres un fracasado, es muy probable que seas un excelente escritor”, tal y como él mismo escribió. Hoy se cumplen 27 años del fallecimiento de Bukowski, borracho empedernido e impecable narrador, del que aún hoy se hacen homenajes a su obra y recuerdo, a través de sus obras más relevantes o bien de sus rompedoras reflexiones.
Bukowski nació el 16 de agosto de 1920 en Alemania, pero fue en Los Ángeles donde pasó la mayor parte de su vida. Fue esta ciudad estadounidense la que inspiró y ambientó la mayoría de sus novelas. Considerado uno de los autores más influyentes de la literatura estadounidense y símbolo del “realismo sucio”, a lo largo de su vida publicó 6 novelas, 9 colecciones de cuentos y 20 de poemas. La primera novela que lanzó fue “Cartero”, en 1971, obra autobiográfica en la que apareció por primera vez su alter ego Henry Chinaski.
No obstante, si hay que destacar dos novelas imprescindibles de Bukowski esas son “Factótum” (1975) y “La senda del perdedor” (1982). La primera fue su segunda obra publicada y continuó en ella las penas y glorias de Chinaski. Esta vez, el protagonista rechazó la llamada a filas para la Segunda Guerra Mundial, desempeñando sus días en ir de un trabajo hacia otro, acumulando fracasos y botellas de alcohol en las habitaciones de los hostales. Esta obra fue adaptada al cine, en una película homónima dirigida por Bent Hamer y protagonizada por Matt Dillon en el papel de Chinaski.

El pesimismo hasta la tumba

“Hay en mí algo descontrolado, pienso demasiado en el sexo”, escribió Bukowski, “cuando veo una mujer me la imagino siempre en la cama conmigo. Es una manera interesante de matar el tiempo en los aeropuertos. Parece una historia sobre sexo y borracheras, cuando en realidad es un poema sobre el amor y el dolor”. Estas palabras aluden a una reflexión frecuente en la obra del autor, a quien no solo le perdía el alcohol y los vicios, sino también las mujeres, hasta el punto de publicar en 1978 “Mujeres”: esta vez, Chinaski navega en el infructuoso mundo del amor, dejando al lector angustiosas sensaciones con tramas donde destacan el abuso sexual y lo explícito de sus sentimientos.
Bukowski siempre fue consciente de que una vida dedicada a los vicios no le llevarían a la vejez. Por ello, no dejó la bebida hasta el fin de sus días. “La muerte se está fumando mis cigarros”, escribió en su momento, dejando un vacío al mundo de la literatura el 9 de marzo en 1994 cuando falleció. El escritor murió en California de leucemia, poco después de publicar su última novela, “Pulp”, y llevando el pesimismo hasta la tumba: en su lápida se lee “Don’t try”, “No lo intentes”, en español.
En recuerdo a su figura, obra y vida, las redes sociales se han llenado hoy de mensajes, frases y anécdotas en homenaje al autor: