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El optimismo reina en la Feria del Libro de Madrid

La Reina inaugura la 80ª edición que, a pesar de las precauciones sanitarias, el recinto limitado y los recelos iniciales, afronta estas semanas con grandes expectativas. Una hora y media después de abrirse, su aforo, previsto para 3.900 persona, ya estaba al 55 por ciento

La Feria del Libro esta mañana
La Feria del Libro esta mañanaAlberto OrtegaEuropa Press

La Feria del Libro de Madrid regresa con optimismo al parque del Retiro. Existían nervios, expectación y algún temor entre las editoriales y las librerías alentado por la novedad que supone celebrar este evento a estas alturas del año. Pero una hora y media después de abrir, exactamente a las 12:22, el aforo, que este año está limitado debido a la Covid a 3.900 personas, había superado el 55 por ciento de la ocupación prevista por la organización. “Estamos un poco en tensión por saber qué va a ocurrir. El número de asistentes va a ser menor que en convocatorias anteriores, aunque eso también puede redundar en que las personas que se acerquen son realmente las que quieran comprar”, reconocían en la Librería Cervantes y Compañía unos minutos antes de que el público accediera al recinto.

Después de dos años de ausencia, la capital vuelve a reencontrarse con una de las citas culturales más relevantes y populares de su calendario. Lo hace, además, con las mejores previsiones y respaldada por grandes augurios. Según arrojan los datos del Fórum Edita, el crecimiento del mundo editorial podría alcanzar un 23 por ciento a final de año, excluyendo de ahí la campaña dedicada a la venta de libros de textos, que ahora mismo está también en marcha, lo que, traducido en una cifra, supondría una facturación que podría superar los 1.000 millones de euros. Esta tendencia al alza viene registrándose desde hace, por lo menos, seis meses atrás y se prevé que se prolongue, como mínimo, hasta fin de año, sobre todo impulsada por el tirón de los grandes autores que publican ahora, como es el caso de Fernando Aramburu, Arturo Pérez-Reverte, Antonio Muñoz Molina, Manuel Vilas o Julia Navarro, por mencionar algunos de los escritores favoritos del público, y el empuje decidido de los libros de historia y de no ficción, que cada vez gozan de una mayor aceptación.

La pandemia ya estaba dejando datos interesantes sobre la recuperación de la lectura y del regreso a ella por parte de muchas personas. Se calcula que la base de lectores se ha incrementado en este tiempo en un 3 por ciento, algo que despeja el horizonte de nubarrones. Quizá por este motivo, desde la Federación del Gremio de Editores de España se ha pedido una mayor colaboración entre los diferentes partidos políticos y, también, que se esfuercen para encontrar puntos de consenso y, de esta manera, “aumentar esta base y discutir cuáles son las medidas más apropiadas para implementar la lectura en nuestro país, porque es algo que se merece”, como ha comentado Patrici Tixis, presidente de este organismo. El objetivo es que esta línea ascendente se prolongue durante 2022. Y en eso se quiere trabajar.

Creemos que esta va a ser una Feria del público, no tanto de paseantes, y que será mucho menos institucional que en ocasiones precedentes. Solo hay que mirar alrededor ahora. El primer día, por la mañana, suele ser por lo general un momento aburrido, sin demasiada afluencia, pero hace nada que se han abierto las puertas para que entre la gente y el paseo ya está repleto de gente. Nosotros ya hemos vendido unos cuantos libros. Desde luego, no nos vamos a quejar, porque estamos contentos. Esperemos que esto siga de esta manera durante las siguientes semanas”, asegura Sergio Bang, de Grant Librería. Para él, estar presente en esta 80ª edición de la Feria, era esencial: “Hemos venido con incertidumbre, por la novedad que supone que se celebre en septiembre y, también, por los autores que iban a acudir para reunirse con sus seguidores. También por el aforo limitado debido a las medidas sanitarias, pero creemos que era nuestra obligación estar presentes. Todo se ha organizado para que la gente pueda venir y disfrutar. Había que estar, creo, no solo por el evento, sino por una cuestión de principios. Todo el mundo cultural está reactivándose, y el mundo del libro debe estar ahí, presente, tiene que empezar a hacer cosas”.

Igual que en su tradicional convocatoria en las semanas previas al verano, este año, los asistentes y los libreros también mirarán hacia el cielo, suspirando para que no caiga una lluvia o se desate una tormenta que desanime al público de acudir al Retiro. Es en lo único que se parecen. Pero de momento, el cielo está azul, hace calor, existe ánimo, disposición y no existen demasiadas diferencias. Algunos barajaban varios temores: el impacto que podría tener la adquisición de libros escolares por parte de las familias y si la Feria funcionaría igual en septiembre que en mayo o junio. Pero a pesar de eso, y de la protesta de algunos escritores colombianos, que hicieron pública su indignación al descubrir que su Gobierno solo invitaba a aquellos autores “neutros” y dejaba a un lado a los demás, entre ellos Juan Gabriel Vásquez, Héctor Abad Faciolince o Fernando Vallejo, la Feria del Libro ha arrancado bien. La Reina, con tacones y vestido ceñido a la cintura, se convirtió en su primera visitante al inaugurarla, se detuvo en algunos estands y habló con editores y libreros. De momento, todos sonríen.