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Estreno

Crítica de “Belfast”: entre dragones y conflictos sociales ★★★★☆

Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Jude Hill y Lewis McAskie en "Belfast." (Rob Youngson/Focus Features via AP)
Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Jude Hill y Lewis McAskie en "Belfast." (Rob Youngson/Focus Features via AP)Rob YoungsonAgencia AP

Dirección y guion: Kenneth Branagh. Intérpretes: Jude Hill, Lewis McAskie, Caitriona Balfe, Jamie Dornan, Judi Dench, Ciarán Hinds, Lara McDonnell, Gerard Horan. Reino Unido, 2021. Duración: 98 minutos. Drama.

De arrancada, varias imágenes a todo color, parece incluso algo saturado, de Belfast hoy, pero, muy pronto, tras una tapia salta el pasado, que siempre merodea y da razón de ser al presente, probablemente también al futuro (porque los países que no recuerdan su historia, o la deforman, están condenados a repetirla), y las imágenes, en cuestión de segundos, viran a un blanco y negro hermoseado por la potente fotografía que no abandonará hasta la emotiva despedida, el corto y cierro del director. Así fueron los conflictos de la Irlanda del Norte a finales de los años 60 según Kenneth Branagh, un actor a Shakespeare pegado durante mucho tiempo, aquel que de tanto escucharlo creyó ser el nuevo Laurence Olivier aunque murió en el intento, y un cineasta que, cuando también protagoniza la película que dirige, se suele transformar en un intérprete un tanto engolado y casi todo le falla.

En su nuevo trabajo solo está detrás de la cámara para dejar casi todo el peso interpretativo a Buddy, un crío, el alter ego del director, que mira aterrado mientras juega que combate dragones cómo los jóvenes invanden furiosos las calles del barrio, cómo rompen cristales, queman automóviles, apedrean cuanto encuentren por delante y amenazan con algo más y peor mientras exigen a los católicos que se marchen, que abandonen las casas que han habitado durante tantos años y huyan. Entre los graves tumultos sociales y las transformaciones y cambios de una época, Buddy se ampara en la familia, en una madre amorosa, en un padre que trabaja en Inglaterra pero que suele ver cada diez días, siempre menos de lo que desean, en los abuelos, tan queridos e irónicos siempre. El mundo, su mundo, está cambiando aunque la inocencia de la corta edad consiga protegerlo y no sufra daños, inmerso en una realidad que para él no lo es plenamente. Pero los conflictos van agravándose, cada vez resultan más frecuentes los vandalismos, el pillaje (el chico resulta ciertamente conmovedor agarrado a una caja de detergente biodegradable que acaba de «robar» en el supermercado), y la cinta continúa mostrando sus mejores armas también: la inteligente emotividad que la conduce, el excelente trabajo de los actores y el dolor, que siempre es el mismo, de las despedidas aunque sean la única salida. Sí, Branagh ha vuelto a ser un niño, pero sabio.

Lo mejor: una potente fotografía en blanco y negro, así como todo su elenco interpretativo

Lo peor: quizá algún momento disperso en que la emotividad se dispara un poco