Crítica de “Viaje a alguna parte”: queridos fantasmas ★★★☆☆

Únicamente alguien que ha pasado por un trance así puede saber la mezcla de amor, de dolor y ausencia que siente alguien que visita, quizá por última vez, la casa que habitaron seres queridos que ya no están en este mundo para recoger y amasar recuerdos, para empaquetar objetos que todavía huelen y «saben» a ellos y conocer algo más sobre aquellas vidas. Y es lo que se propuso filmar Helena de Llanos, nieta de Fernando Fernán Gómez y Emma Cohen, cuando, entre las paredes de su infancia, intenta recuperar las trayectorias profesionales de la aún enamorada pareja, los recuerdos que siguen impresos en la cocina, en el jardín de la luna, en cualquier rincón, al cabo. Así, se atropellan escenas de películas, párrafos de libros, escenas de documental y otras que son pura ilusión en una cinta inclasificable, llena de amor y que desmiente a Bécquer: no, muchos muertos nunca se quedan solos.

Lo mejor: escuchar, ver, «sentir» de nuevo a los grandes Fernán Gómez y Emma Cohen

Lo peor: cierto aire pretencioso que a la directora creemos que a veces se le escapó