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Estreno

Crítica de “Downton Abbey: una nueva era”: Oh my God, vuelven los Crawley ★★★☆☆

"Downton Abbey: una nueva era" / Universal Pictures
"Downton Abbey: una nueva era" / Universal PicturesBen BlackallUniversal Pictures / EFE

Director: Simon Curtis. Guion: Julian Fellowes. Intérpretes: Hugh Bonneville, Michelle Dockery, Imelda Staunton. Reino Unido, 2022. Duración: 125 minutos. Drama.

Anoche soñé que volvía a Downton Abbey. No para visitar fantasmas celosos y perfumados ni para esquivar los ataques furibundos de una ama de llaves enamorada, sino para echar un vistazo de cerca a la encantadoramente frívola familia Crawley, más inglesa que el té de la cinco, más irónica que el actual príncipe Carlos, más decadente que su propia y majestuosa mansión. Allí están, en efecto, siempre de punta en blanco y lánguidos, como posando para el fotógrafo del rey (de hecho, en la primera entrega cinematográfica de la saga basada en la excelente serie los salones del clan acogían un baile de los monarcas). Estamos en 1928, y la socarrona anciana Violet recibe de herencia una villa en La Riviera tras la muerte de un noble francés junto al que, de joven, pasó una semana... Sospechoso, piensan los Crawley, una parte de los cuales viajará hasta allí para conocer la casa, al hijo del finado y a la viuda de este, que no soporta la idea de que una de «sus» propiedades pase a estos estirados ingleses. Mientras, los que se han quedado en Downton Abbey deciden acoger el rodaje de una película muda aunque el cine sonoro ya comience a triunfar. ¿La razón? Por muy pijos que sean, los Crawley no tienen dinero para reparar las goteras de la buhardilla y la productora les pagará generosamente por prestarle varias habitaciones ante el espanto de Violet: «Preferiría antes trabajar en una mina», dice cuando los ve actuar. Ligera, elegante, divertida y deliciosamente frívola, «Downton Abbey» acaba una década y, posiblemente, comenzará pronto otra si la taquilla se rinde de nuevo ante las alegres desventuras de estos personajes. Su Jerez, milady.

Lo mejor: su espléndido aparataje visual y que, en el fondo, es una historia deliciosamente frívola

Lo peor: sin ánimo de hacer spoiler, hay un personaje al que vamos a echar muchísimo de menos