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Ana Blandiana: «La poesía es un acto de independencia cuando la libertad está restringida»

La escritora, que ha recibido el Premio Princesa de Asturias de las Letras, reflexiona en esta entrevista sobre la relación entre la política, la responsabilidad intelectual y la literatura
Ana Blandiana, poeta, ensayista y figura política rumana
Ana Blandiana, poeta, ensayista y figura política rumanaDaniel Mordzinski

Madrid Creada:

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Ana Blandiana niega que toda su poesía sea comprometida, pero no refuta de manera alguna que parte de su poesía sea combativa. Cuando se le pregunta cómo influyó el régimen comunista en ella, no lo duda y afirma tajante: «Prohibiéndola, lo que le confirió no solo sutileza sino también eco». La escritora, Premio Princesa de Asturias de las Letras, ha forjado un camino literario fundamentado en el talento y la valentía. El talento está por razones obvias; la valentía por el coraje que ha mostrado en todo momento para exponer sus emociones y no callar en una dictadura. Censurada en varias ocasiones, la escritora, al plantearle si la poesía supone un acto de independencia cuando la libertad está restringida, responde: «Sí, sin duda en la poesía se han conservado las últimas moléculas de libertad que existían en la sociedad en los momentos más difíciles, y que la gente se apresuraba a respirar cuando sentía que se asfixiaba. A través de la metáfora, que es una comparación a la que le falta un término, un término no expresado por el poeta pero comprendido por el lector, la poesía siempre ha conseguido pasar por encima de la censura».
¿Qué fue lo que definió ese cauce de expresión en lugar de la prosa, aunque también la haya cultivado?
Comencé a componer versos en mi infancia, antes de saber leer o escribir. A mí la gente no me preguntaba «¿Qué quieres ser de mayor?» porque todo el mundo sabía incluso mejor que yo lo que iba a hacer. No fue una opción, sino un destino. O un misterio. La prosa surgió como un intento de liberar la poesía de la maldad y la fealdad de la historia, realidades que podía vencer más fácilmente describiéndolas.
Su traductora, Viorica Patea, decía en un texto: «Antes de ser un nombre conocido, Ana Blandiana fue un nombre prohibido». ¿Qué supone irrumpir en la literatura de manera tan temprana y ya con esta responsabilidad?
La frase de Viorica Patea se refería a mi primera prohibición. Fue por publicar un poema. Era una alumna de 17 años y durante los 4 años siguientes no se me permitió ni publicar ni cursar estudios universitarios. Fueron los años más duros de mi vida porque aún no sabía quién era, qué capacidad tenía, ni conocía mi lugar en el mundo. Se envió una circular a todas las instituciones del país en la que se decía que yo era la hija de un «enemigo del pueblo». Pero cuando conseguí «debutar» por segunda vez, mi desgracia se convirtió en un plus de atención para con la joven perseguida. En rumano hay un proverbio: «No hay mal que por bien no venga».
«Los mayores héroes en la historia que los pocos intelectuales rusos que aún se oponen»Ana Blandiana
Ha sido censurada en varias ocasiones. ¿Cómo hay que resistir?
La literatura y la esperanza de posteridad que esta contiene son el punto de apoyo de un escritor en todas sus batallas. Por lo que a mí respecta, mi libro «Falso tratado de manipulación» representa toda esta historia.
Usted ha luchado contra la censura exterior. Ahora está la corrección política. ¿Es peligrosa también?
Es muy peligrosa, incluso más tóxica que la antigua censura porque es insidiosa. Lo extraño es que bajo el comunismo los escritores se resistían a la censura y se arriesgaban a ir a la cárcel, mientras que ahora en condiciones de libertad total la gente se somete a lo políticamente correcto.
«Es terrible lo que está ocurriendo en Irán, Rusia o China. Da la sensación de que la historia va marcha atrás»Ana blandiana
¿La escritura es una forma de resistencia ante una dictadura?
Sí, por supuesto, estoy convencida de que la escritura es la forma más absoluta de resistencia porque a través de la posteridad derrota a la dictadura no sólo en el presente sino también en el futuro.
Muchos escritores vuelven a estar amenazados. Hace dos años se agredió a Salman Rushdie y muchos escritores rusos se han tenido que exiliar.
Lo más aterrador de lo que está ocurriendo en países como Irán, Rusia o China es la sensación de que la historia va marcha atrás, que está retrocediendo. Más que una lucha por un nuevo orden mundial, se trata de una lucha por un retroceso en el tiempo que, por inconcebible que parezca, no es imposible.
¿Por qué los escritores son siempre una amenaza para el poder?
Porque su definición incluye un espíritu crítico, por tanto un mayor grado de libertad e inconformismo que en otras categorías profesionales. Es interesante cómo los que están en el poder, a pesar de la amenaza que representan los escritores, o incluso a causa de ella, siempre intentan conquistarlos o anexionarlos, porque son los únicos que tienen la opción de la posteridad. Desde su punto de vista es como se escribe la historia.
El poscomunismo ha asentado a los hombres del comunismo en las nuevas sociedades. El ejemplo es Rusia, que está gobernada por un antiguo agente de la KGB. ¿Cómo ve contradicción? ¿Qué opina de esta Rusia?
Más de un siglo de terror soviético, en el que la tortura y el suplicio se mezclaban con la creencia fanática de unas ideas en nombre de las cuales se torturaba, ese tiempo convirtió al pueblo ruso en el pueblo más desgraciado de la tierra, tanto más cuanto que es un pueblo tan grande que en su caso tanto el bien como el mal adquieren dimensiones difíciles de comprender. Sin embargo, la forma en que las viejas estructuras de poder represivo siguen resistiendo demuestra el poder y la intensidad que sigue teniendo el miedo que inspiran. No creo que haya mayores héroes en la historia que los pocos intelectuales rusos que aún se oponen a ellas.