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Literatura

La poesía anticomunista de Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras

La escritora es una de las mejores poetas rumanas y una ensayista de prestigio que ha sobresalido por su activismo contra el comunismo, además de ser una firme defensora de los derechos en su país

"Todo un pueblo / aún no nacido/ pero condenado al nacimiento, / feto cerca de feto, /todo un pueblo /que no oye, no ve, no entiende, /pero avanza / a través de los cuerpos retorcidos de mujeres, /a través de la sangre de las madres / no preguntadas". Estos versos pertenecen a "La cruzada de los niños", uno de los poemas que le costaron la censura y la reprobación en su país a Ana Blandiana, una escritora de enorme personalidad y contundencia literaria que ha sido reprobada hasta tres veces en su país por defender los derechos y mostrar su oposición al régimen de Ceaucescu.

La escritora, que nació Timisoara, un pueblo de Transilvania, ha sido incómoda desde el principio. En 1959, cuando tenía solo 17 años, y su nombre surgió como una gran promesa de la literatura rumana, ya fue noticia por su toma de postura y su beligerancia contra el gobierno de Rumanía. Desde entonces no ha sido solo una de las grandes voces de la poesía en su país, además, de una relevante ensayista, sino una intelectual comprometida que denunció desde el inicio los abusos de una dictadura que se mostró implacable con su pueblo, hasta el punto de imponer unas polémicas políticas natalicias que no tenían en cuenta a los ciudadanos y a las mujeres, en particular, que es a lo que alude este poema.

Esta autora, que nació en 1942 y que en la pila bautismal recibió el nombre de Otilia Valeria Coman, ha recibido ahora el Premio Princesa de Asturias de las Letras. Unos galardones que, en esta edición están resultando muy combativos y muy políticos, como demuestran otros dos de los premiados este año: Marjani Satrapi, la autora del cómic "Persépolis", unas viñetas de denuncia contra la situación que padecen las mujeres en Irán; y Michael Ignatieff, un historiador y político que se ha mostrado muy crítico con el conflicto de Ucrania y que ha sido un reputado político liberal y un defensor declarado de la libertad y la democracia.

La obra de Ana Blandiana está marcada por la situación social y política de su país natal. Es una llamada contra el silencio y una apelación a la lucha contra aquellos que hacen callar. Ella misma ha reconocido que esta atmósfera, marcada por la opresión impuesta por la temida Securitate, está presente a lo largo de su carrera y, en cierta manera, ha definido su discurso y su carrera. De hecho, ella ha convertido la prosa y la rima en una manera de expresar no solo sus sentimientos y emociones, sino también un cauce expresivo que aventaba las injusticias que existían a su alrededor. Una valentía que quizá heredó de su padre, un sacerdote ortodoxo, que no dudó en plantar cara y hablar en voz alta. De hecho, el régimen comunista no solo persiguió sus ideas, sino que terminó encarcelándolo por sus opiniones.

Este ejemplo siempre ha estado presente en ella, pero eso no le ha impedido escribir ni hacer frente a los impedimentos que se le han impuesto, como la prohibición, por parte de las autoridades de entonces en su país, de entrar a estudiar en la universidad. Una censura que jamás frenó su desarrollo intelectual y que lo único que hizo fue animarla a perseverar en una línea crítica. Entre sus obras más destacadas, sobresalen "Primera persona del plural", su primer poemario, que editó en 1962; "Proyectos del pasado", un libro donde reúne once relatos y que fue muy bien recibido por la crítica, que le dedicó todo tipo de alabanzas y comparaciones elogiosas con los grandes maestros del género; "Las cuatro estaciones", que se publicaron en 2011, y que en uno de sus poemas se puede leer: "¡qué difícil es acariciar las plumas de un ángel!/ por muy cerca que esté, rehúye el roce; / por miedo a que lo atrapes../"; "Octubre, noviembre, diciembre" o "Variaciones sobre un tema dado".

El jurado del Premio Princesa de Asturias estuvo formado por presidido por Santiago Muñoz Machado e integrado por Xosé Ballesteros Rey, Xuan Bello Fernández, Blanca Berasátegui Garaizábal, Gonzalo Celorio Blasco, Jesús García Calero, Pablo Gil Cuevas, Francisco Goyanes Martínez, Lola Larumbe Doral, Aurora Luque Ortiz, Inés Martín Rodrigo, Juan Mayorga Ruano, Carmen Millán Grajales, José María Pou Serra, Ana Santos Aramburo, Irene Vallejo Moreu, Juan Villoro Ruiz y Fernando Rodríguez Lafuente, que actuó como secretario. Según recoge la nota de Prensa de este galardón, los miembros del jurado han tenido presente la valoración de la crítica, que siempre ha destacado que Blandiana "simboliza la conciencia y el testimonio de su tiempo, la emblemática oposición al régimen y la lucha contra la censura, y su voz nos propone una reflexión sobre la creación artística y la condición humana, sobre la inocencia, la caída, la muerte y la supervivencia, sobre el amor y la responsabilidad ante el terror de la historia y la necesidad de dejar testimonio de lo vivido".