Ignasi Aballí «corrige» el pabellón español en la Bienal
El proyecto, «Construcción», modifica la estructura interna del histórico edificio, que celebra el centenario de su inauguración
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El artista Ignasi Aballí reconstruye el Pabellón de España en la Bienal de Venecia con una original propuesta que modifica la estructura interna del histórico edificio, que este año celebra el centenario de su inauguración como espacio expositivo. Con su propuesta arquitectónica «Construcción», el catalán muestra a través de un juego de paredes superpuestas y espacios vacíos cómo sería su estructura si estuviera correctamente alineada con los pabellones vecinos de Bélgica y Países Bajos, ubicados en los Jardines venecianos, una de las dos sedes de la exposición internacional de arte probablemente más famosa del mundo, que abre sus puertas al público este sábado tras dos años de ausencia.
«La Bienal es un lugar saturado con miles de exposiciones, artistas... y pensé que no tenía sentido que trajera una obra mía concebida para otra muestra: quería hacer un proyecto específico para la Bienal y para la ciudad. Mirando con atención los planos me di cuenta que el edificio estaba ligeramente torcido respecto a los dos pabellones colindantes y pensé que tenía la excusa perfecta», cuenta a LA RAZÓN el catalán. «Investigando –continúa– descubrí que el pabellón de Bélgica fue el primero que se construyó en los Jardines y el de España se hizo unos años después. Sin embargo, los de Bélgica y Países Bajos tuvieron como punto de anclaje la calle trasera y el de España, la avenida delantera. Eso provoca que el español esté torcido respecto a los otros dos. Esa idea me sirvió para ver hasta qué punto podría girar el pabellón en una nueva construcción y darle un sentido, porque era alinear el pabellón español con los otros dos que tiene al lado».
Temporal y permanente
Además de las dificultades arquitectónicas que supone girar hasta diez grados el interior del pabellón creando nuevos espacios y paredes en un edificio con cien años de antigüedad, en una ciudad como Venecia, «en la que todo es inestable, desde los suelos hasta las paredes», la propuesta planteaba también un dilema moral porque suponía «corregir» en cierta manera el trabajo de otra persona. «Y corregir un pabellón nacional también es cuestionar una sede de representación nacional como espacio simbólico que es», sostiene Aballí, quien con su propuesta aspira a invitar al espectador a reflexionar sobre conceptos como vacío y lleno, temporal y permanente, antiguo y nuevo... «y ver donde no hay nada que ver», añade la comisaria de la exposición, Bea Espejo.
Como parte de su propuesta artística, el artista ha desarrollado también un conjunto de guías que se pueden recoger en seis puntos de la ciudad siguiendo un mapa que se obtiene en el pabellón español, que invitan a visitar la Venecia más desconocida a través de un recorrido alternativo «para descubrir la ciudad de los venecianos y no la de los turistas», concluye.