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Carlos Saura presenta en Praga su colección de retratos más íntimos

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Retratos menos posados y más espontáneos del escritor Pío Baroja, el cineasta Luis Buñuel, las actrices Geraldine Chaplin y una jovencísima Ana Torrent, o de sus familiares, la también actriz Eulalia Ramón, y de su hija Ana, forman parte de la exposición de fotos que presenta el cineasta Carlos Saura en Praga.
Es la aportación del artista oscense a la muestra conjunta "Leopoldo Pomés/Carlos Saura: Retratos", que se abre al público mañana en el Instituto Cervantes de Praga y forma parte de un proyecto común entre esta institución y PHotoEspaña, festival internacional de fotografía y artes visuales.
En una entrevista con Efe, Saura señaló que detesta de los fotógrafos "que se consideran grandes fotógrafos".
"La fotografía hoy se ha democratizado tanto que cualquier persona puede hacer una maravillosa fotografía", valora.
Como fotógrafo, Saura se muestra contrario a los cánones, en los que "lo que vale es la continuidad, o sea, que el autor se limita a hacer cosas con una visión muy estricta".
"Yo no lo hago, no me limito", matiza el artista, que asegura que no le importa esa especie de dispersión, que incluye paisajes y animales.
Saura, que en su haber tiene más de cuarenta películas, ha dirigido seis veces ópera y escrito cuatro novelas, considera que "el secreto de un buen retrato es muy sencillo, es la cosa más sencilla del mundo: una buena luz y un buen modelo".
Algo que quizás explica que su hija Ana sea objeto frecuente de sus fotos: "Porque mi hija es muy guapa", dice ufano el artista, cuyas muestras anteriores de este género han versado sobre la luz, los años de juventud y los temas recurrentes de su obra.
"Uso todo tipo de cámaras, y ahora llevo una pequeñita, una 'Samsung'. Tengo en casa más de 600 cámaras, pero digitales pocas", asegura el artista de 81 años.
"Como todo apasionado de la fotografía, (Saura) tiene un acercamiento muy emocional, y eso se capta. El acercamiento es mucho más emotivo y espontáneo, pero a la vez los resultados son muy potentes", valora Oliva María Rubio, comisaria de la muestra, que se presentará también en los Cervantes de Berlín y París.
Saura recordó en la capital checa que ha ampliado su repertorio con la producción teatral: "Quería hacer una versión del Gran Teatro del Mundo de Calderón bajándolo del pedestal, y colocándole con el pie en la tierra".
"Tenía algo que me parecía fascinante de la obra, que estaba ahí en la obra, pero que a mi me gustaría prolongar: Que los actores de alguna manera protestan por el papel que se les da. Es un antecedente de "Turandot"(la ópera de Giacomo Puccini).
Y destacó el atractivo de este tipo de producción: "Un trabajo tan confortable, maravilloso, sentado en una mesa"y que, a diferencia del cine, "es un plano general que tienes que resolver en una hora y media. Es un desafío para mi precioso".
Ahora le gustaría abordar "El rey Lear"de William Shakespeare, aunque asegura que ese proyecto sería "otra cosa".
"Una cosa más personal mía, que vaya con mi forma de ser, con la escenografía que hago yo, que tiene musicales de cine también, otra cosa actual", define.