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El Museo Británico carga con la cruz

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El Museo Británico de Londres adquiere una cruz del barco naufragado en Lampedusa en 2013 que dejó 366 muertos
El 3 de octubre de 2013 una embarcación con medio millar de eritreos y somalíes cristianos que huían de la persecución en sus países se hundió dejando 366 fallecidos. Los supervivientes que llegaron a la costa fueron acogidos por los habitantes de la isla hacia la que se dirigía el barco, Lampedusa. Allí vive Francesco Tuccio, un carpintero que, dentro de sus posibilidades, decidió ayudar y homenajear a los muertos y a los refugiados que vagan por el mundo. Tomó restos de las maderas de la embarcación que el mar devolvía a la orilla y con ellos construyó una cruz que ahora ha regalado al Museo Británico de Londres, el segundo más visitado del planeta.
El director de la pinacoteca, el historiador Neil MacGregor, que dejará su cargo en unos días después de 13 años ostentándolo, ha agradecido poder despedirse con una adquisición tan “conmovedora”. El día en el que MacGregor declaró su marcha dijo que en el futuro deseaba “crear narrativas distintas que permitan explorar y debatir las diferentes culturas”. La cruz es buena muestra de ello: “Tuccio permitirá a todos los visitantes reflexionar sobre este momento significativo de la historia de Europa, un gran proceso migratorio que puede cambiar el modo en el que entendemos nuestros continentes”, dijo. Por su parte, Tuccio agradeció al museo “la atención que ha prestado a la carga que simboliza esta pequeña pieza de madera”.
Pero la cruz no ha sido la única adquisición que ha anunciado MacGregor. También ha presentado un retrato suyo que estará junto al del resto de antiguos directores de la pinacoteca. El de MacGregor destacará por ser el primero que no es una pintura, sino una fotografía, realizada por Wolfgang Tillmans. El historiador, que seguirá ocupando un cargo honorífico tras su marcha, se unirá próximamente al proyecto del Foro Humboldt de Alemania. Curiosamente su sustituto en la dirección de la pinacoteca londinense será un alemán, Hartwig Fischer, quien será el primer no británico que ocupa el puesto.
El regalo de Tuccio es “sencillo”, dijo MacGregor. Justo por aceptar esa simpleza, por abandonar las convencionales políticas de los grandes museos y ser transgresor, el historiador ha sido criticado durante sus 13 años en el cargo, una cruz con la que cargará orgulloso.