Íñigo Arregi: "Todos los materiales en el arte tienen su lenguaje"

En arte, como en el amor, en ocasiones hay mucho de flechazo, y eso quizá le ocurrió a quien suscribe cuando hace pocas jornadas pasó por delante de la Galería David Bardía, en Madrid. La fuerza de las siluetas, la armonía de las formas y los colores resultaron atractivas a primera vista. Luego ya a medida que íbamos profundizando en el repaso a cada pieza, las evocaciones nos llevaban a reminiscencias de Oteiza y Chillida, algunos de los referentes del artista Íñigo Arregi. Así comenzamos una conversación a medida que contemplábamos cada cuadro y palpábamos cada escultura.

Mis inicios en el mundo del arte fueron influenciados directamente por la obra de Jorge Oteiza, y esto ocurrió mucho antes de mi primera exposición. Coincidiendo con mi estancia en el colegio de Aránzazu como seminarista, siendo aún adolescente, asistí a la colocación de sus esculturas en la fachada de la basílica. En ese preciso momento supe que quería ser artista. Desde entonces, he recorrido un largo camino entre la escultura y la pintura, aunque ahora he dejado de lado esta última. He experimentado con diferentes estilos, influenciados por el arte contemporáneo de la época. Recuerdo mi gran admiración por artistas como los del grupo "El Paso", quienes representaron la vanguardia española de la posguerra.

Definitivamente fue una experiencia inolvidable. Se me presentó la oportunidad de exponer en París, más específicamente en la sala Goya, ubicada en la Casa de España de París, la cual funcionaba como centro de arte y cultura. Esta experiencia supuso un cambio fundamental en mi forma de analizar el mundo del arte. Al asistir a muchas de las exposiciones que se celebraban en aquel momento y teniendo en cuenta que en mi lugar de residencia no había muchas oportunidades, pude descubrir los nuevos rumbos y propuestas que en ese momento se cocinaban en una ciudad tan importante en el mundo del arte como lo es París.

Ciertamente, por ninguna razón en particular, pasaron unos años sin que estuviera presente en el extranjero. Mis exposiciones se centraron dentro del país y no fue hasta el año 2010 cuando comencé a participar de manera más habitual en ferias internacionales en lugares como Londres, Alemania, Dinamarca, Austria, Turquía...

Realmente me encuentro muy cómodo en el País Vasco. Mantengo una buena relación con otros artistas de la zona y, al tener mi taller ubicado en un punto geográfico estratégico, a menos de una hora de grandes ciudades como Vitoria, San Sebastián y Bilbao, me resulta fácil moverme entre ellas con fluidez. Además, muchas de las propuestas de trabajo que recibo se originan en esta zona, lo que hace que no tenga la necesidad de trasladarme con frecuencia a otros territorios.

En lo concerniente a mi experiencia personal, Madrid representa un entorno muy acogedor. He tenido la oportunidad de presentar mi obra en varias ocasiones en dicha ciudad y siempre he recibido una cálida recepción por parte del público. Además, Madrid es un lugar vibrante y con una amplia oferta de eventos culturales, siempre abierto a nuevas propuestas. Me siento muy afortunado de contar con buenos amigos en esta ciudad.

Es indudable que mis orígenes respiran una relación directa con la obra de ambos. No me molesta en absoluto que lo comenten. Sin embargo, mi camino ofrece otra línea de trabajo. Mis esculturas contienen una ligereza visual, digamos que son como dibujos en el aire y construidos siempre con chapas, unidos de una manera muy particular y siempre son huecas.

A Millares lo he admirado siempre. Quizás tenga un nexo de unión en cuanto al acabado de mis relieves en madera. Ciertas texturas y, sobre todo, el color final pueden ser la clave. Nunca me lo había planteado.

Esta forma de crear es mi sello personal. Absolutamente todas mis esculturas están montadas como si fueran un puzle. Al principio pensé que esta técnica tendría un recorrido limitado y sin embargo se convirtió en mi forma de trabajo principal. El hecho de no tener ningún tipo de unión ni soldadura da pie a la posibilidad de montarlo de otra manera, pero en la práctica no es posible por la diferente altura de las uniones. Me gusta esta sugerencia…

Mis obras en el exterior son siempre de acero corten oxidado. Así, permanecerán inalterables por mucho tiempo. Por una cuestión práctica, las obras que se muestran en la galería son de madera, ya que las de acero, debido a su peso, no podrían trasladarse a ese espacio.

Todos los materiales tienen su lenguaje. El acero lo utilizo como referencia al pasado industrial en la que se fundamenta gran parte de mi obra, pero también utilizo otros materiales como la madera, mucho más cálido, el bronce, aluminio mucho más frío…

Los cuadros, a los que te refieres, son relieves construidos a partir de la descomposición de dos superficies creando la sensación de múltiples planos. Alguien comentó que son esculturas que han saltado a la pared, una expresión que me gusta mucho. Dependiendo de la iluminación son muy alterables creando diferentes atmósferas.

La muestra permanecerá en la galería David Bardía hasta el 25 de marzo

Estaré deseando de volver con alguna nueva propuesta sin fecha de momento.