«Bohemian Rhapsody»: El espectáculo debe continuar
Creada:
Última actualización:
Director: Bryan Singer. Guión: A. McCarten, P. Morgan, S. J. Rivele, C. Wilkinson. Intérpretes: Rami Malek, Lucy Boynton, Ben Hardy, Gwilym Lee. EE. UU-Gran Bretaña, 2018. Duración: 134 min. «Biopic».
Una buena amiga nos lo advierte de nuevo antes de verla: «Bohemian Rhapsody» no es exactamente el «biopic» sobre la excéntrica vida del genial Freddy Mercury, aunque lo parezca sospechosamente, sino de la banda Queen, de cómo se transformó en uno de los grupos de rock más potentes de la historia gracias, en buena medida y por mucho que algunos se enrabieten, a su extraordinario cantante y mejor «showman». Que en el Londres de 1970 era un chico muy delgado y moreno hijo de inmigrantes, con una pluma encantadora aunque su novia de entonces y varios años después no quisiera reconocerlo todavía y cuyos prominentes dientes superiores parece que nunca lo traumatizaron demasiado. Alguien completamente convencido de que su futuro sería la música por mucho que el conservador padre de Mercury lo mirase mal cuando al fin lo confiesa en casa. Así, junto al guitarrista Brian May, el baterista Roger Taylor y el bajista John Deacon forman Queen. Y solo cinco años más tarde el sencillo «Bohemian Rhapsody» les colocaría en un primer plano de la escena musical internacional. La historia se interrumpe cuando se produce el macroconcierto benéfico Live Aid de 1985 celebrado en el estadio de Wembley, donde Mercury vuelve a protagonizar un directo de gloria, seis años antes de que el aún cuarentón artista muriera por culpa del sida y de los excesos del cantante. Es decir, que su última etapa con vida se despacha con unos rótulos finales de esos tan socorridos como fastidiosos (el cine son, eminentemente, imágenes) y de ahí, quizá, que muchos piensen que Mercury merezca otra película más ambiciosa sobre su sola figura. El director Bryan Singer (la magnífica «Sospechosos habituales», «X Men», «Superman Returns: El regreso», «Valkiria».... ninguna como la primera señalada) decidió no calentarse mucho la cabeza y colocar casi todo el peso del filme sobre los menudos hombros de Rami Malek, que realiza un prodigioso trabajo en el sudado pellejo de Mercury y, por ende, enfatizar los conciertos febriles, enormes, en detrimento de no ahondar en otros sucesos relevantes en la corta pero intensísima existencia de Mercury. Imposible, en fin, no echar de menos a uno de los grandes que decidió despedirse de sus «fans», de todos los numerosos amantes, de la familia, amigos y enemigos con aquel escalofriante tema. Sí, «El espectáculo debe continuar», aunque duela tanto.
LO MEJOR
El excelente, complejo y casi escalofriante trabajo de Rami Malek. Durante las actuaciones musicales, realmente «es» Freddy Mercury
LO PEOR
Sea un «biopic» de la banda o de su cantante, lo cierto es que se echa de menos no saber más de este fascinante artista