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Crítica de cine
Crítica de 'Ritos ocultos': Ancestralmente malditos ★★1/2
Director: William Brent Bell. Guion: Tom de Ville. Intérpretes: Tuppence Middleton, Ralph Ineson, Matt Stokoe, Robert Goodman. Música: Brett Detar Reino. Unido, 2025. Duración: 90 minutos. Terror.

Esta es la pavorosa historia de un secuestro, de una desaparición posiblemente demoniaca o quizá enraizada con oscuras y ancestrales tradiciones paganas. La reverenda Rebecca acaba de mudarse con su marido y la hija pequeña de ambos (un inciso, ambos dicen varias veces al principio de la cinta que la niña era un tanto extraña antes incluso de llegar a la nueva casa, pero nunca explican el por qué o a mí no me quedó claro) a un minúsculo pueblo donde, en un principio, las habitantes se vuelcan con los recién llegados, les preparan tartas caseras, los invitan a una cerveza feísima.
Y todo da la impresión de marchar bien hasta que las cosas se tuercen no saben cuánto durante la celebración anual de la cosecha, cuando, rodeados de hombres y mujeres disfrazados de manera siniestra, Rebecca no consigue encontrar a la menor, que parece que la tierra se la ha tragado. En un sentido literal. Y mientras comienzan la desesperada e inútil búsqueda la protagonista junto a un policía que parece deseoso de archivar el caso lo antes posible, la joven comienza a entrever los macabros secretos que esconde la comunidad. Vamos, que ni tan amables ni tan «normalitos» ninguno.
Dividida por capítulos, la película parece influida por títulos clásicos como «La semilla del diablo» (Roman Polanski, 1968), por esa atmósfera cómplice de comuna demoniaca, y, sobre todo, «El hombre de mimbre» (Robin Hardy, 1973, y del que Neil LaBute presentó un remake mucho menor en 2006), cinta de culto igualmente británica, como la que nos ocupa, aunque, obvio, con un resultado muy distinto, ya que si bien la primera media hora del metraje resulta sumamente inquietante, el tercio final de la presente producción, aunque sin duda más terrorífico, se nos antoja en exceso deshilvanado.
Una obsesiva Rebecca, cada vez más segura de lo que está ocurriendo a su alrededor, decide entonces jugarse hasta la última carta para rescatar a la pequeña aunque ello signifique que su vida puede cambiar para siempre. «Todo es como era», repiten como un mantra en la película. Hasta que alguien decide romper las reglas.
Lo mejor: La primera parte del filme, cuando la niña desaparece y vemos la reacción del pueblo...
Lo peor: El final resulta muy alargado; además, muchos pueden intuir pronto cómo acaba.
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