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Cine

La atragantada paternidad de Luca Marinelli

Alissa Jung debuta en el largo con un homenaje a los afectos paternofiliales

Un fotograma de "Baja de paternidad"
Un fotograma de "Baja de paternidad"Imdb

Confiesa convencida de la solidez de sus afirmaciones en entrevista virtual con este periódico desde su Italia natal que cuando una intuición agarrada en la boca del estómago la empujó a lanzarse a la escritura y posterior dirección de este primer largometraje cuyo estreno nos compete ahora tras su paso por la última edición de la Berlinale llamado «Baja de paternidad», las relaciones paternofiliales no estaban tan en boga. «No se habían estrenado muchas de las películas que ahora existen. Esta historia fue desde el principio una necesidad personal a la que me lancé sin pensar demasiado en las consecuencias comerciales que podría tener».

Jugando narrativamente con el estereotipo histórico de la figura masculina buena pero caótica que termina delegando y en ocasiones desprendiéndose de sus obligaciones como padre casi siempre por motivos ventajistas en lo emocional, como haber tenido hijos a edades demasiado inmaduras o simplemente no ser capaces de lidiar psicológicamente con las consecuencias vitales que implica el hecho mismo de tener descendencia y responsabilidad para siempre de cuidar de ella (como si en el caso de las mujeres esta misma argumentación no pudiera multiplicarse por mil teniendo en cuenta que encima son ellas las que dan a luz), Alissa Jung propone una historia de reencuentro y recuperación del tiempo perdido entre un padre interpretado por el solvente Luca Marinelli y una hija adolescente a quien da vida la contundente Juli Grabenhenrich que decide conocerle repentinamente después de que decidiera abandonarla cuando andaba disperso ocupándose de gestionar la veintena.

Preguntada por la numerosa afluencia de este tipo de perfiles masculinos en los relatos que tienen que ver con el abandono temporal, Jung asegura que «es importante tener en cuenta una cosa: el cine es el reflejo de la sociedad. Cuando contamos cosas a través de la cámara, nos guste o no, nos estamos inspirando en cosas reales que ocurren o han ocurrido en las vidas propias o de otros. Durante la investigación que llevé a cabo a la hora de informarme bien sobre este tipo de circunstancias de padres ausentes constaté que hay de todo y que no necesariamente se puede utilizar como prerrogativa que muchas veces hayan sido hombres porque también hay muchos niños que han aprendido a vivir sin una madre. Convertirte en madre o en padre es un proceso muy intenso que requiere de mucho sentido de la responsabilidad y puede llegar a convertirse en algo realmente difícil, también para una mujer. No por el hecho de serlo biológicamente, significa que tengas desarrollado ese instinto maternal del que tanto se habla», recuerda certera antes de despedirse: «Por suerte, creo que estamos en un momento de cambio, de avance, de progreso, y las cosas se van a empezar a contar de otra manera».